Friends |Bryan Mouque y tú|

Capítulo 7

-Quedamos que no hablaríamos más sobre eso –dije seria-

-¿Por qué no?

-Sólo no, Bry –lo miré- Por favor

-Dame al menos una razón

-Somos mejores amigos, los mejores amigos no hacen eso

-Vamos a desayunar ¿sí? –dijo un poco molesto-

-¿Estás molesto?

-Sólo tengo hambre, vamos –asentí-

El desayuno la pasamos en silencio, no sabía si le molestó lo que dije pero sólo fui sincera.

-Bryan, ¿me perdonas?

-¿Por qué? –me miró serio-

-Por lo que sea que dije, no quiero que estés molesto conmigo

-No hagas eso, sólo me enfadas más

-Lo siento

Seguí comiendo mi cereal pero mis ojos se nublaron, Bryan casi nunca me hablaba molesto pero hoy lo hizo y como soy demasiado sensible comencé a llorar.

-No, _________ no –dijo preocupado- Perdón, no era mi intención hacerte sentir mal

-Sabes que odio pelear –dije entre llanto- Te quiero, maldito bobo

Sin aguantar más me abrazó esperando a que dejara de llorar, poco a poco lo hice y me miró.

-Perdón –dijo é- ¿Jugamos?

-¿A qué? –limpié mis lágrimas-

-A lo que tú quieras –sonrió-

-¿De verdad?

-Sí, sólo terminamos de comer, nos lavamos los dientes y nos cambiamos ¿vale?

-Sí –sonreí-

-¡Oh por Dios, ________! –dijo asustado-

-¿Qué? –me asusté también-

Sentí algo raro en mi boca, como mucha saliva y un sabor metálico. Ya sabía lo que era. Según mi pediatra mi desarrollo iba muy lento así que justo hoy se me cayó mi último diente de leche. Lo jalé un poco y lo sostuve en mi mano.

-¿Es el último? –preguntó él-

-Creo que sí

Y no sé por qué pero los dos empezamos a reír, tanto así que se me cayó un poco de baba con sangre en la camiseta y reímos aún más hasta que nuestros estómagos dolieron y tuvimos que parar.

-Ya no recuerdo ni por qué reíamos –dijo él-

-Creí que era por mi baba

-Ah sí

Y subimos a mi cuarto riendo de nuevo, repetíamos lo asquerosa que había sido mi baba, nos lavamos los dientes y seguimos con lo que habíamos quedado.

Una vez cambiados nos quedamos viendo mi cabello que era un completo desastre. Con bastante trabajo lo amarré en una coleta y quedé lista aunque más que lista estaba un poco mal hecha.

-Vamos a jugar dije sonriendo-

-¿A qué?

-Al patio ¿sí?

-Bueno

Corrimos escaleras abajo hasta llegar al patio donde tenía unos juegos con columpios, tobogán, un sube y bajas y una canasta de básquetbol. Nos sentamos en los columpios y comenzamos a mecernos de adelante hacia atrás.

-A ver quién llega más lejos –dijo él-

-Yo –grité emocionada-

Todo iba tan bien pero costumbre mía con la mala suerte que caí de sentón en el suelo y Bryan se acercó a mí riendo.

-¿Estás bien? –se agachó a mi altura-

-Sí –miré un poco de fango a lado mío y tomé un puño- Las traes

Le aventé el fango en la ropa y corrí riendo por todo el jardín huyendo pero de todas maneras me lanzó un puño y así comenzó una típica pelea de lodo.