Caminaba solo por una calle desconocida en la oscuridad de la noche. Ya hacía un largo tramo que había recorrido toda una serie de cuadras, y por un momento, pensé que la soledad me comería vivo, hasta que vislumbré una sombra sentada en el cordón de la vereda.
Me acerqué hacia esta.-Hola- saludé.
Una joven de melena rubia artificial se dio la vuelta y me miró.
-Hola- sonrió.
Me senté a su lado.
La noté un poco incómoda, pero aún así, no me dijo nada.-¿Por qué estás sentada aquí afuera?- pregunté.
La oí suspirar.
-Porque estoy pensando. Aquí me siento cuando quiero pensar-
Miré el cielo.
-¿En qué piensas?-
Suspiró de nuevo, pero esta vez más fuerte.
-¿No es obvio?- soltó impaciente.
-No- respondí, -¿En qué piensas?
Volví a mirarla, y no me sorprendió ni un poco la cara de fastidio que tenía al verme de reojo.
-En la soledad...- murmuró.
Fruncí el entrecejo.
-¿Por qué piensas en la soledad?-
La chica me miró directo a los ojos.
-No lo sé; Tal vez porque hace unos minutos estaba sola- respondió con sarcásmo.
Me reí por lo bajo.
-"Prefiero la tranquilidad de la soledad que la decepción de una mala compañía"- otra vez observé el cielo.
Se hizo un largo silencio.
-¿De quién es esa frase?- preguntó al fin ella.
Sonreí.
-De Marilyn Monroe-
Otro largo silencio llenó el ambiente.
-¿Cuál es tu nombre?- la chica rompió el silencio de nuevo.
-¡Oh! Se me olvidó presentarme. Soy Dainan. ¿Y tú?-
-Alice-
Medité un poco, para después, modular una pregunta:
-¿Sabes lo que hago cuando me siento muy solo, Alice?-
Alice titubió un momento.
-No-
Señalé el cielo y fijé mi vista en él.
-Solo miro las estrellas...-
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Mirada Hacia Las Estrellas
Historia CortaUna pequeña historia Ideal para las noches llenas de melancolía y esperanza. Sugerencia: Leer esta historia en un lugar cómodo, calentito y silencioso. Nota: Es muy importante que esta historia sea leída de noche; a esas horas ocurre la magia...