Decepcion era lo unico que podia sentir en este momento, mis padres eran un completo asco y no era la primera ves que lo pensaba, siempre se habian encargado de hacer mi vida amarga, aburrida incluso asquerosa y yo no lo iba a permitir, yo merecia ser feliz y desafortunadamente con ellos no lo era, Asi que agradeci a Dios porque hoy era el dia de mi cumpleaños y por fin tenia 18 años, podia estar sola en la calle y no me regresarian a casa por el toque de queda, asi que despues de nuestra fuerte discución solo recogi mi ropa y me fui ignorando sus gritos. solo lamentaba haber abandonado a mi pequeña hermana Melissa, no era justo pero no podia llevarla conmigo ya que seguramente dormiria en la calle esta noche.
Despues de caminar y caminar recibi una llamada telefonica de mi padre y tuve que contestar mientras estaba cruzando la calle.
-¡Regresa de inmediato Elizabeth Parker! yo no te crie como una desobediente - sus gritos casi me dejan sorda.
-¡No tienes poder sobre mi Calvin!, no lo tienes, ahora puedo irme a donde quiera. - Respondi con gritos a el.
-¿Me estas retando? ¿me estas retando enserio? Maldita sea, eres una malcriada, eso eres, todo por culpa de tu madre... me encargare que Melissa no lo sea - Y mi sangre comenzo a hervir.
-¡No te atrevas a hacerle daño Calvin! te juro que si la tocas... tendras problemas conmigo - y mientras continuaba respondiendole vi una brillante luz en mi lado izquierdo, posteriormente senti un pequeño dolor en mi cadera y mi pertenencias salieron volando...
Desperte en la clinica, lo primero que observe fue mi brazo derecho con una intravenosa, luego observe el resto de la habitación, y ahi estaba un chico de ojos azules observandome, y su mirada me estaba asesinando, queria desaparecer.
-Por fin despertaste... ¡Gracias Dios! no tengo que pagar un entierro e ir a la carcel- escuche decir de su boca.
-¿Disculpa? - me quede en shock ante su comentario.
-¿si? Primero.. no fue mi maldita culpa, fue tuya, tu te atravesaste cuando el semaforo estaba en verde... y segundo no me hables con ese tonito. - su voz se volvio hostil al igual que su expresion.
-¿DISCULPA? - me sente en la cama adolorida.
-¿No entiendes o que? ¿Acaso te ha afectado el golpe en el cerebro? - sus groseros comentarios me hacian irritar.
-Yo no soy estupida, pero... ¿Te preocupas mas por ir a la carcel y pagar un entierro que por la salud de una persona? - le abri los ojos.
-La verdad... tal ves en este caso si.
suficiente, esto fue la gota que revoso la copa, me levante con cuidado de la cama, me saque la intravenosa, y me pare en frente de el intentado no mostrar dolor pero la verdad es que me estava consumiendo internamente.
-Mira estupido, ignorante, no es obligacion quedarte, largate de una buena ves, me harias un favor a mi y obviamente a ti, pero te digo una cosa, puede que seas guapo, pero nunca en mi vida podria tolerar a alguien tan asquerosa persona como tu, deberias estar en un psicologo ya que eres al que le falta cerebro - el me quedo mirando en silencio, no dijo nada y entonces note que la puerta se abrio y entro un hombre extremadamente guapo, con un cuerpo increible, su belleza me dejo en shock.
-¿Sucede algo aqui Anthony? ¿Que le has hecho ademas de atropellar al pobre chica? - me miro con ternura lo cual me derritio - y tu chica desconocida no deberias estar de pie... por favor - agarro mi brazo y me ayudo a llegar a la cama, su tacto se sentia increible.
-Deberia solo abandonarla y no pagar nada, es una maldita mal agradecida - escuche la voz del chico que se llamaba Anthony.
-Controlate Stone... debes aprender a ser mas amable con las personas. - Dijo el mas hermoso chico del lugar - ¿te quitaste la intravenosa? -me quedo mirando.
-te he dicho que no me llames por mi apellido -Dijo el otro.
-si, y ahora me duele. La paciencia no es mi mejor fuerte, y el me saco de quicio - dije mirando a Anthony.
-Es un buen tipo aunque no lo creas. -me dio una sonrisa y luego se apartó de mi.
-¿y los demás? -pregunta Anthony.
-Ya vienen -dijo el chico perfecto - y tu chica desconocida... - yo lo interrumpí.
-Soy Elizabeth, ese es mi nombre, pero puedes llamarme Eliza - dije sonriente.
- Okey Liz. - sonrió de nuevo - ¿Dónde vives? Necesitamos llevarte a tu casa para que tus padres te cuiden.
Mi expresión de felicidad desapareció, acababa de discutir con mis padre y volver con ellos sería terrible, sería vergonzoso, sería demasiada tortura.
-¿sucede algo? -pregunto el.
-Yo... Yo no tengo hogar... -la expresión de ambos era la de esperarse, de sorpresa.
-¿qué? ¿Es broma verdad? Esto no es posible -comenzó decir Anthony.
Ellos se quedaron en silencio, hasta que llego el resto de gente, con ropa oscura, y no negare que sentí un escalofríos recorrer mi espalda, los chicos les comentaron mi situación, y después de tanto discutir decidieron darme posada hasta que me recuperara en la casa de ellos, lo cual me hacia sentí apenada e incomoda. Su casa era grande y de dos pisos, no era más grande que la de mis padres pero era más reconfortante, me dieron una habitación y la única chica que vivía aquí me ayudaba y atendía, ella era encantadora. Después antes de dormir el lindo chico entro a la habitación.
-¿Como vas liz? -pregunto.
-Es Eliza... Y me siento Aún un poco a dolorida. -medio sonreí
-Serás Liz para mi, me recuerda a una flor tan bella como tu - mi mejillas enrojecieron demasiado.
-Basta de halagos - le pedí riendo - ¿ y el chico halagador tiene nombre? -pregunte.
-Por supuesto.... Soy Adam.
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La realidad de Elizabeth
Historical FictionSINOPSIS La adolescencia sin tus padres puede hacerte un desastre, pero Elizabeth Parker hasta los 22 años ha sabido manejar la situación ya que por tal razón tuvo que madurar a una edad temprana, y ahora viviendo con sus amigos se ha convertido en...