Capitulo 5 -Mi enemiga en casa

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-¡Corre! ¡Corre Elizabeth! ¡Corre! - Gritaba una voz mientras yo perdía el aliento; mi manos temblaban del horror y mi visión se tornó borrosa; Al subir la mirada vi de donde provenía aquel sonido... Era Michael.

-ELIZABETH... ¡CORRE! - Escuche a Anthony desesperado pero yo no podía concentrarme sabiendo que alguien venia atrás de mi, y no para golpearme sino para matarme.

- ¡Ah! - Me queje al tropezar con una piedra - ¡Corran! ¡No se detengan por mi culpa! - mire mi pie herido que empezó a sangar por una cortada. Comencé a presionar fuerte para detener la sangre y Mientras intentaba levantarme al mismo tiempo unas manos agarraron mis brazos lo cual me hizo contener la respiracion pero afortunadamente no era un demonio y pude respirar tranquilamente ya que era Michael quien me ayudo a apoyarme en el.

-No seria capaz de dejarte, ¡Nunca! Eres mi familia y debemos protegernos. - Después de eso volví a la realidad, podríamos morir los dos en este instante.

-¡Caminen que yo los cubro! - grito Anthony quien corrió con su espada a nosotros.

Mientras intentábamos correr o algo parecido Michael se comenzó a agotar y finalmente ambos caímos al suelo, yo me senté e intente ayudarlo a levantar.

-¡Vamos! ¡Vamos o moriremos! - comencé a gritar desesperada.

-¡LEVÁNTENSE! - Grita Anthony luchando y totalmente herido.

No podía permitir dejarlo luchar solo así que me levante y comencé a cojear a el mientras sacaba mi espada.

-MUÉRETE MALDITO ADEFESIO. - Grite corriendo a el y luego enterré la espada en su corazón. Anthony me miro ofuscado y se giro a Michael.

-¡MICHAEL! - Salio corriendo y yo lo seguí en un ritmo diferente.

- ¿Estas bien? ¿Te paso algo? - pregunto el preocupado.

-Si, solo me agote, pero ya estoy bien. - se levanto del suelo y continuo a mi lado. Mientras caminamos el intentaba ponerme de buen animo.

-Tal ves hoy no conseguimos nuestra inmortalidad, pero... algún día lo haremos, y ese día ¡Te invitare a comer pizza! - dijo muy emocionado.

-¿Pizza? ¿enserio? ¿Es lo único que puedes pensar ahora? - se me escapo una pequeña risita.

El se aparto de mi riéndose y luego comenzó a hablar.

-¿Cómo no puedes amar la pizza? ¡O SEA! Es lo mejor de lo mejor. Pero bueno, entonces ¿Helado? - pregunto a regañadientes.

- No, lo que tu quieras esta bien. - le sonreí.

- Por eso te quiero tanto Liz. - se acerco para abrazarme pero su expresión cambio, Algo andaba mal.... Y lo confirme cuando se derrumbo sobre mi.

- ¿Michael? - intente apartarlo pero su peso me tumbo a el piso con el. - ¿MICHAEL? ¡MICHAEL RESPONDE! - lo aparte y lo acosté a mi lado, al mirar mis manos manchadas de rojo, no pude evitar romper a llorar. -MICHAEL.... ¡MICHAEL! ¡NO! MICHAEL....

-¡MICHAEL! .... No, no ¡MICHAEL!

Sentí unas manos en mi rostro y abrí los ojos, el rostro de Marcus me dejo en claro que todo era una pesadilla, una horrible y desgarradora pesadilla.

-Debió ser una pesadilla muy mala, Mira, estabas llorando. - dijo apartándose para no incomodarme.

- Si, no sabia que estaba soñando, todo... todo fue tan real, era como revivir el momento de la muerte de Michael. - me senté en la cama y comencé a limpiarme las lagrimas avergonzada.

-Su muerte dejo un gran vació en nosotros... no tienes de que avergonzarte... - intento calmarme dándome palmadas en el hombro.

-Si... lo se. Y bueno no quiero comenzar mi día deprimida, así que ¿Cómo termino de irte anoche? -Pregunte con cautela, sabia que era territorio prohibido.

La realidad de ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora