Capitulo 7 - Michael (parte 1)

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Me desperté sintiéndome agotada y con picazón en mi muñeca, por lo tanto me comencé a rascar hasta que recordé mi herida. Me levante lentamente de la cama, me sobe los ojos y mientras bostezaba, recordé lo sucedido la noche de ayer, Anthony siendo tan amable conmigo, a Jason en mi cita, a Meredith tonteando, y yo siendo una completa estúpida como siempre, no se porque tenía el presentimiento de que Anthony seria el mismo de siempre y borraría todas aquellas palabras que me dijo anoche, sentía inseguridad y la idea de el rompiendo mi corazón de nuevo, me hacía sentir afligida. Me dirigí al baño con pasos muy lentos, me mire al espejo que se encontraba encima de mi lavabo y por primera ves mi rostro lucia bien, y me sentía bien. Entré a la ducha y en menos de 20 minutos ya me encontraba seca y lista para desayunar asi que baje las escaleras mas que sonriente, quería que todos vieran lo feliz que me sentía pero para mi sorpresa, no estaban, y ahí fue cuando me di cuenta de lo temprano que era, nadie estaba despierto.

-Increíble… Ahora me tocara cocinar a mi – Aunque la idea no me desagradaba del todo, me sentía lo suficientemente radiante para hacer un buen desayuno. Tomé mi ipod y lo deposite en su amplificador, en menos de un segundo la música invadía la cocina. Pongo los tocinos en la parrilla y mientras se fríen, bato algunos huevos. Yo amaba la canción que estaba sonando e involuntariamente comencé a bailar y cantar con el cucharon.

-¡Take me away! A secret place, a sweet scape, ¡Take me away! – Cantaba moviéndome con mucho sentimiento hasta que escucho a alguien aplaudir y al girarme me quede paralizada y ruborizada.

-Me alegra haberme despertado tan temprano, no siempre se puede ver un espectáculo como este – Dijo secamente pero podía ver un intento de sonreir.

-¿Hace cuánto estas observándome? – Tartamudeé al hablar.

-Desde hace un par de minutos, pero no quería interrumpirte, me gusta verte asi. – me dio una sonrisa.

-¿Asi como? – me ruborize.

-Feliz Elizabeth, Te veias feliz. – Concluyo Anthony.

Se me escapo una sonrisa y luego continue cocinando mientras el esperaba sentado en el comedor. Al finalizar, me dirigí a la mesa con su desayuno y el mio.

-Gracias Elizabeth.

-Es un placer – respondi y luego me sente frente a el.

Mientras desayunábamos yo no podía evitar subir la mirada y observarlo, ya que esto parecía un sueño, un muy buen sueño, pero todo era muy real. El subio la mirada y alzo una ceja.

-¿Sucede algo? ¿Tengo algo en el rostro? – preguntó algo desorientado bajando el cubierto a la mesa.

-No, no – estaba tan distraída que no habia caído en cuenta que no estaba comiendo, asi que volvi a agarrar mi cubierto y continue.

-¿Alguien alguna ves te dijo que tu voz es hermosa? – dijo con voz suave mientras yo volvia a subir la mirada a el, a sus ojos azules.

-Gracias,La verdad nadie me ha escuchado cantar, has sido el primero. – Me sonroje, al parecer ya era costumbre.

-Pues me alegra serlo – respondio y continuo desayunando.

Pasaron minutos hasta que ambos finalizamos y un silencio incomodo se apodero del momento, ninguno de los dos hablaba, solo nos mirábamos mientras el otro no se daba cuenta o eso creíamos hasta que ambas miradas se conectaron y parecían una sola, no solo podía ver su hermosura, podía ver a través de ellos, sus sentimientos.

-Vaya, vaya. Hoy madrugaron pequeñines – La voz de Marcus nos saco del trance.

-Si, lo hicimos, creo que lloverá acido – aparte la mirada de Anthony y comencé a reirme.

La realidad de ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora