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Él seguía sin joderme. Siguió golpeando mí coño... Más rápido... Más... Hasta que perdí el control, corriéndome, gritando, incapaz de contener mi volumen.
Ruggero me dio un poco de tiempo para recuperarme, entonces me sacó de la cama y me puso en mis pies.

- Eres tan bueno - le dije.
- Gracias, pequeña.

Me tomó un tiempo poder enfocar con mis ojos y ajustar mi mirada. Me di cuenta de que Ruggero estaba completamente desnudo de pie delante de mí. Y se veía tan bien. Su pecho y sus abdominales eran sólidos, y fuertes, y me parecieron increíblemente sexy. También me di cuenta de que el grosor de su pene era mayor y estaba rígido. Y yo esperaba con todo mi corazón que pudiera entrar en mí.

- ¿Qué quieres que haga por ti, papi?

El sonrió y puso su mano debajo de mi barbilla, alzándolo hacia su rostro. Él me dio un beso largo, presionando su lengua dentro de mi boca.
Gemí y poniendo mi brazo alrededor de él, probando mi sabor en sus labios, dejando que su beso me consumiera, hasta que él me alejó.
Ruggero agarró su polla, sosteniéndola mientras me hablaba.

- Hay algo que he querido hacerte por un largo tiempo - se giró y caminó por la habitación hasta una silla acolchonada que no reconocí, la arrastró por la alfombra hasta que se sentó al lado de la cama.
- ¿Qué me vas a hacer?
- Inclínate hacia la parte posterior de la silla, princesa - levantó una ceja - Ya lo verás.
- Oh. - yo estaba curiosa y tenía un poco de miedo. Pero confiaba en él y no puse resistencia.

La silla estaba lo suficientemente baja para que pudiera doblarme sobre ella y apoyar los codos sobre el asiento, me agarré con mis antebrazos como si mi vida dependiera de ello. El cuero era suave y el relleno acolchonado, mi cuerpo se sentía muy bien. Era una silla perfecta para agacharse y el culo sobresaliera hacia arriba en el aire. Sonreí. Me encantó estar desnuda en esta posición con mi padrastro detrás de mí... Y sabiendo que él estaba desnudo.

- Bueno - dije - Estoy lista.
- No, no lo estás - Ruggero se puso delante de mí, y se arrodilló delante en el piso del asiento. Él agarró mis muñecas y jaló un poco mis brazos.
- ¿Qué estás haciendo? - él sonrió.
- Sólo mantente quieta - tenía una especie de cordón suave y rápidamente ató mis muñecas, luego ató un extremo de la cuerda a la parte de abajo del asiento.

Se inclinó, y yo me quedé en silencio, sorprendida por la rapidez que había atado el nudo. Estaba más que sorprendida por la rapidez en que se puso de pie y camino detrás de mí. Moví mis muñecas comprobando si realmente estaba atada la cuerda a la silla, podía moverlas, pero no mucho.
No, definitivamente estaba a su merced. Respiré hondo y sentí como mis jugos resbalaban por mis muslos de nuevo.

- ¿Tienes miedo? - Ruggero preguntó.
- ¿Debería?
- Tal vez - él me golpeó el culo con fuerza.
- ¡Ooh! - me frotó el culo que me acababa de bofetear, luego retiró la mano y me golpeó de nuevo, más fuerte.
- ¡Mierda! - Quería poder mover las manos y frotarme el culo, pero no podía por la atadura. Y de repente sentí miedo - ¿Qué estás haciendo?
- Haz necesitado una buena zorra durante mucho tiempo, ¿Lo sabías? - me dio una bofetada en el culo de nuevo, me hizo gritar. Esta vez el golpe fue encima del muslo izquierdo.
- No. - tragué con dificultad - No estoy segura de que tengas la razón. - luché contra las cuerdas, tratando de liberar mis muñecas.
Ruggero se echó a reír.
- No te preocupes, no te hará daño un poco de dolor. - él le dio a mi culo otra bofetada. Mi cuerpo se sacudió - Aaahhh... Tienes miedo.
- Sí, tengo miedo. - ¿Qué paso con mi dulce y agradable papi? No tenía ni idea de que alguna vez me iba a atar y me iba a dar una paliza. No era miedo, pero al mismo tiempo si era miedo. No tenía ni idea de que esperar. ¿Realmente se había vuelto loco, me nalguearía hasta que llorara y no pudiera sentarme?

Él me golpeo el culo, por lo que dejé escapar un gritito.

- Todo irá bien. Tú lo sabes, yo tenía tantas ganas de pegarte en ese culo cuando estabas creciendo, pero tu mamá no me dejó.
- ¿Qué? - me sorprendí - Pensé que era tu pequeña niña.
- Tú lo eras. Lo eres. Pero las niñas necesitan nalgadas - Ruggero me dio otra palmada en el culo - Te portaste mal con tu mamá un par de veces, y yo quería doblarte en el sofá y golpear tu culo. Pero nunca me dejó tu madre - suspiró y frotó mi trasero - Y tú te has portado tan mal esta noche, pequeña. Moviendo tu caliente culo en mi cara.

¡Bofetada! Él me pegó duro una y otra vez. Apreté los dientes y apreté el culo. Por un momento me hizo daño, pero después de un tiempo empecé a sentir algo agradable. Quería sobarme, pero había algo interesante sobre el hecho de no poder hacerlo. Ruggero me oyó gritar, y pareció que simplemente sabía cuando detenerse. Casi me empujó al límite, y casi me pongo a llorar.
Y finalmente, se terminó. La paliza se detuvo. Sentí sus labios contra mi culo, salpicándolo de besos por todas partes.

- Ooh... Si... Si, papi... Me encanta eso... 














Siguiente capítulo, final. Gracias por leer 🙌🙌

Instagram: ruggarolsevirelli

Ex - Daddy (HOT) [Ruggarol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora