Serpiente amante- Transmutación

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Que me importa si en la ciudad te alojas o debajo de un árbol tu duermes.
Si sonríes por dentro o sólo cantas.
Si miras y sientes,
O estas podrido, hundido en el tedio.
Si tu lengua es español o portugués, poco me importa comunicarnos verbalmente.

Sólo deseo que seas,
Y que ames.
Que seas amado,
Mi amado amante.
Señor de mil anillos y ninguno de propiedad,
Señor de tantas miradas y ningún punto fijo.

Señor:
Que me miras y me paras el mundo,
Que sonríes y cambias mi rumbo.
Parece absurdo;
Pero dentro de tanto caos alrededor, tu eres mi mar profundo y calmo.
Transparente,
Tibio.

Que me envuelve y masajea.
Que me envuelve y envenena.
Que me da miedo y me encanta.
Porque en su suspiro abarca
Armónicos que sanan a cualquier loco que arda.

Y en tu abrazo encuentro
Refugio en una copa de cristal,
Que no se rompe y que cuido,
Hasta que tome otro camino.
Quizás la pierda cuando llena de un vino rojizo esté,
O con agua cristalina la suelte por salud.

Copa que te representa a ti y mi,
Hasta la sangre de la serpiente llevas.
Mostrándome que ya no hay a quien cuidar.
Ya no hay a quien mirar con ojos miedosos de "¿qué sentirá?".

Sangre de serpiente que cargo en mi copa,
Símbolo de armonía y transformación.
Transmutación desde mi útero.
Que me muestra que:
Poco a poco volveré a ser esa agua cristalina y transparente.
Poco a poco, volveré a Ser.

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