Nada es tan fácil. [Todomomo]

Entrenamiento especial.

Yaoyorozu iba llegando a las puertas de la academia cuando Jiro la atajó por detrás.

—¡Momo!— Sólo sintió el golpe en su hombro.

—Jiro...— La miró.— ¿Por qué tan entusiasta?

—Oh, no, nada.—Caminó junto con ella mientras sonreía.—¿No puede alguien ser feliz?

— Ya entiendo.— Le sonrió de vuelta.— Ya arreglaste tus problemas con Kaminari.

—¿¡Q-Qué!?— La pelimorada paró en seco.— ¡¿Y eso por qué me pondría feliz?!— Jiro abrazó su mochila y se adelantó unos pasos.

—¿Te sonrojaste?— Le preguntó Momo desde atrás.

—¡Silencio, Yaoyorozu!—Momo empezó a reír y correr para alcanzarla.

—Bien, no hablemos de eso...—Caminaron en silencio unos minutos.—Yo no te obligaré.— Dieron un par de pasos más.— Después de todo sólo soy tu mejor amiga. No tu diario.—Jiro abrazaba más la mochila con cada paso que daban.— Y no es como que me importe, ¿sabes?, después de todo era obvio que tú y él terminarían juntos algún...

—¡¿Quieres callarte?!— Jiró paró y la volteó a ver.— Sólo me pidió disculpas por meterse con mis auriculares, ¿listo?, ¿eres feliz ahora?

—¡Sí!— Momo la jaló del brazo para seguir caminando.— Pero no me gusta la situación.— Tomó su barbilla.— Si alguien te gusta sólo se lo dices y ya...

—No es tan fácil, Momo...

—Jiro, si algo aprendí en estos últimos días es que sí, de hecho es así de fácil.— Le dijo como si fuera lo más obvio del mundo. El par de chicas entró al salón que compartían con toda la clase A, el entrenamiento especial para Heroes.

Ambas abrieron sus ojos al notar a ciertos chicos sentados en sus respectivos lugares. ¿Jiro y Kaminari siempre se habían sentado juntos? Siguieron cada quien su camino a sus asientos.

—Buenos días.— Escuchó Momo a Jiro que saludaba a los que estaban alrededor de su mesa.

Momo atravesó todo el frente de filas para ir a la última fila en el último asiento, justo al lado de Todoroki Shouto, su novio.

—"¿Y si lo saludo?"— Pensaba Momo.— "Tal vez si le doy los buenos días él me los regrese..."

Llegó hasta su asiento y dejó la bolsa en el piso recargada a su silla cuando se sentó.

—B-Buenos días...

— Buenos días.— Contestó la seca voz de Todoroki, el alegre y pervertido Mineta y un par más que se encontraban a su alrededor.

Trató de calmar sus nervios con la mirada puesta en su mesa cuando el profesor salió debajo de su escritorio asustando a todos.

—Bueno...—El hombre con una especie de venda cubriéndole todo el cuerpo veía una tabla en su mano.— Sí, ya lo tengo...—Decía para sí mismo.— ¡Bien!—Todo el salón quedó en silencio y con absoluta atención en Aizawa.—Hace tiempo no nos veíamos, chicos.

—¡Porfesor!— Iida levantó la mano.—¿Podría por favor explicar por qué se nos ha estado privando de esta clase?

—Nadie les ha estado privando de nada.—Dijo serio.— Si no se les ha estado entrenando con la misma frecuencia que antes es porque los profesores hemos tenido que ir a varios... asuntos. Y como el índice de delincuencia ha bajado en un 30%, el director decidió posponer alguna que otra clase. Pero ya hemos vuelto al horario normal.—Sonrió vagamente.— Y como regalo por esta ausencia les he traído una divertida actividad.