III.II

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-No sé quien eres, la verdad, pero tu olor me es un tanto familiar -contesté-. ¿Quién eres?.

-Que extraño es que te acuerdes de mi olor.

-No es tan extraño, muchas personas recuerdan de personas, animales, lugares y hechos del pasado mediante los olores -expliqué.

-No, eso ya lo sabía. Me refiero a que es extraño que te acuerdes de mi olor estando medio inconsciente, herido, con otra "persona" al lado. La verdad es que...

-¿cómo que medio inconsciente? Eso no tiene ningún sentido -la corté-. ¿Cuándo he salido lastimado yo? A demás eso fue un sueño porqué si fuí herido de gravedad hace poco, ¿Cómo es posible que ahora mismo esté vivito y coleando, sin ningún rasguño?.

-¿No sabes que cortar a alguien mientras está hablando es de mala educación? -acusó con cierto enfado.

-Si, lo siento -me disculpé-. ¿Pero puedes responder a mis preguntas, por favor?.

-Claro, todo a su debido tiempo. ¿Por dónde empezamos...?.

-Por el principio -volví a cortarla.

Lanzó una mirada furtiva que me produjo un sentimiento extraño. Extraño y un tanto desagradable.

-De acuerdo, me callo -terminé.

-De acuerdo. Comenzaremos por lo de medio inconsciente... Mientras te perseguíamos resbalaste por el barranco. La verdad es que no tengo ni idea de como siendo un humano pudiste sobrevivir a esa caida. Es algo admirable. Por eso estabas lastimado y medio inconsciente. Bueno... mejor dicho... estabas algo así como medio muerto. Sí así está mejor expresado.
Ahora puedes comprender porqué no es un sueño. Porqué si fuera un sueño, ¿cómo podría saber yo todo eso? A continuación te preguntarás: ¿cómo es que estoy vivo?. Yo te responderé a esa interesante pregunta -explicó la intrigante mujer-. ¿Te acuerdas de los primeros auxilios de Albert? Bueno... primeros auxilios... no sé si se pueden llamar así, pero cumplieron su misión. La misión de mantenerte con vida, que ya es mucho.

-Sí, recuerdo unas bendas o algo por el estilo pero no recuerdo bien, son recuerdos borrosos e intermitentes.

-Entonces si que te acuerdas de alguna que otra cosa...

-Poco más, la verdad -determiné.

-Algo es algo. ahora viene la parte que más me gustó de toda la historia, ese breve pero intenso momento de placer.

-¿Placer? ¿Placer de qué, de ver morir a un adolescente? ¿Ahora eres una sádica?.

-No, no me gusta ver morir a adolescentes, simplemente me gusta verlos muertos o inconscientes. Verlos morir no me gusta mucho, la verdad, pero al ser el pan de cada día...

-¿Eres una asesina a sueldo o algo parecido?.

-Se podría decir que sí.

-Que tranquilizador... -comenté sarcásticamente.

-Es lo que hay, si te gusta bien, si no te gusta... Mala suerte.

-Bueno, bien... supongo... Bueno, ¿podrías, por favor, terminar la supuesta historia real?.

-Sí, que nos vamos por las ramas... Bueno, la verdad es que te mordí en el cuello.

-¿Que me mordiste en el cuello?.

-Sí -contestó de manera serena y natural.

-Y lo dices así, como si nada...

-Pues sí, la verdad es que no es una cosa nueva para mí.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2017 ⏰

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La noche que cambió mi vida para siempre (Pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora