(V)isita

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Un vector es una forma de representar magnitud, quedando definida por un módulo y una orientación o dirección.

La expectativa es un lindo corazón latente que da ilusión de un escenario perfecto, y la realidad es la cruel daga que la asesina. Surge de aquí "lo que debería ser" y "lo que es"; deberíamos hacer la tarea el día que nos la dejan, pero nadie lo hace; deberíamos fijarnos en la personalidad y no del físico, —y si no mientes— sabrás que nadie lo hace así.

Seungkwan debería alegrarse al ver a su novio y mejor amigo después de casi medio año, debería sentir cosquillas en el estómago y tener una sonrisa de oreja a oreja.

Pero lo que es; Seungkwan sabe que algo terminará absolutamente mal cuando el sábado a medio día divisa por las puertas de llegada a Lee Seokmin sonriendo y agitando una mano en el aire. Sabe que está mal que Hansol este ahí, y sabe que está mal que el castaño cantante le bese los labios y él corresponda.

— Dios, amor, ¿sabes cuán preocupado estaba? —Dice Seokmin apenas se acerca al par que le espera, abrazando al rubio en muletas y refiriéndose a su pierna herida—. ¿Te duele mucho?

Seungkwan niega con la cabeza y se mantiene en silencio. No necesita voltear la mirada para notar la mandíbula apretada de Hansol ni su ceño levemente fruncido o sus puños apretados y escondidos en la ligera chaqueta de mezclilla.

— Él... él es Hansol —presenta al azabache.

Seokmin, con la hermosa y blanca sonrisa se inclina levemente ante el muchacho de ojos avellana y el menor le devuelve el gesto en forma rígida.

— Hansol, escuché mucho de ti —admite el castaño—. Sin rencores, sé que no fue tu intención romperle la pierna a mi novio. —Seokmin extiende una mano en son de paz.

— Claro que no —Hansol corresponde el apretón de manos.

Seokmin es el único que no se ha dado cuenta de la incómoda situación o Seungkwan actúa como paranoico, pero Boo sabe que la primera opción es la más viable.

Los tres muchachos se dirigen a la salida del aeropuerto para tomar el colectivo. Avanzan con lentitud para no presionar al chico en muletas.

Seokmin arrastra su única maleta con la mano derecha y la izquierda la posa con firmeza en la espalda baja de Seungkwan, como dando a entender que él lo procurará de las caídas, todo adornado por esa sonrisa cargada con alegría, sinceridad y amabilidad que es tan envidiable.

— ¿Cuanto tiempo más tendrás el yeso? —Pregunta el castaño una vez suben al colectivo.

Seungkwan realiza una cuenta mental de los días que ha vivido con el yeso puesto. Se sorprende al darse cuenta de que ha pasado tanto desde ese entonces.

— No lo sé. Han sido casi cinco meses desde que me lo pusieron —responde.

— Vaya —Seokmin alza las cejas en sorpresa—. No puedo creer que no me hayas dicho antes, Kwanie —tuerce la boca con preocupación.

El mayor de los tres estira ligeramente su mano izquierda, la que no sostiene la maleta, y acaricia con suavidad la mejilla derecha del rubio. Hansol frunce el entrecejo. Seungkwan se sonroja por la melosa acción y tose incómodo, alejándose discretamente del contacto.

— ¿Cuándo es tu próxima cita en el médico?

— A final de mes.

— Perfecto —sonríe—. Yo te llevo.

— ¿Te quedarás hasta final de mes? —Habla el azabache, con un tono alarmado.

Seokmin asiente con la cabeza, dirigiéndose esta vez hacia el muchacho de ojos claros.

Pierna Rota. [VerKwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora