Capítulo 50. parte 1/4

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Durante las cuatro semanas siguientes Camila y Lauren cayeron en una simple rutina asentándose finalmente en las vidas de cada una, la distancia física entre ellas aparentemente inexistente, el tiempo pasando rápidamente sin mucha dificultad. Las preocupaciones iniciales de Lauren sobre Camila volviendo a rehabilitación dejándola de  nuevo fueron rápidamente reprimidas y las preocupaciones que había tenido sobre sentirse vulnerable sin su novia fueron pronto disipadas en el fino aire. Si era posible, Lauren y Camila hablaban más a menudo y más íntimamente ahora que ya no estaban juntas todo el tiempo, la ausencia de su respectiva otra chica haciendo que sus corazones se encariñaran más la una por la otra, exactamente como el viejo dicho decía. Lauren se encontró con que con Camila lejos ahora tenían más cosas de las que hablar y discutir. Sus conversaciones que antes siempre habían sido fáciles ahora saliendo sin esfuerzo y nunca se dejaban nada por decirse; el dialogo que compartían sin pausa ni siquiera para un respiro. Lauren y Camila hablaban de cualquier cosa y nada importaba durante sus largas y detalladas interacciones; Lauren poniendo al día a Camila con todo el cotilleo que se había perdido en la escuela y la chica menor contándole sus sesiones de terapia y su día entero, a cambio.

Lauren y Camila estaban constantemente en contacto mientras los días se convertían en semanas y se enviaban mensajes frecuentemente durante el día, desvergonzadamente coqueteando la una con la otra a través de mensajes SMS, Camila incluso siguiendo su promesa y mandándole a Lauren una selfie semidesnuda, la imagen de su novia enviada, con el pecho desnudo, ahora quemándole permanentemente su memoria y guardada en su teléfono, donde podía admirarla cuando deseara. Una vez que los días de escuela terminaron, Lauren y Camila tenían programadas regularmente conversaciones de Skype que normalmente duraban desde que Lauren llegaba a casa hasta que se iba a dormir, y a veces, continuaban incluso después. En más de una ocasión, Lauren se había despertado la mañana siguiente encontrando la ventana aún abierta en su portátil mientras estaba apoyado en la almohada al lado de su cabeza, Jasper acurrucado en el edredón a su lado mientras reconocía la figura de Camila durmiendo en la pantalla, su cara escondida debajo de su enredado, fino y oscuro pelo, la chica menor habiéndose quedado dormida mientras hablaban.

Cuando Camila y Lauren no estaban interactuando mediante la tecnología, estaban pasando tiempo juntas cara a cara; Camila volviendo a casa casi cada fin de semana desde el día siguiente a San Valentín y Lauren llevando al resto de las chicas a verla cada miércoles después de la escuela para hacer su habitual noche de chicas, que incluía la comida normal, películas y diversión. La única cosa nueva de sus tardes de miércoles era Jasper, quien, el director del centro de rehabilitación había permitido amablemente que Lauren lo llevara con ella cuando la visitara, para el deleite de Camila, quien Lauren pensó, permanecería tan adorable como siempre que estaba con él.

El diecisiete cumpleaños de Camila había sido y había pasado, el día relativamente tranquilo cuando el acontecimiento llegó, la joven fuera en rehabilitación habiendo recibido sus regalos de Lauren y de sus padres en forma de Jasper, casi un mes por adelantado. Los padres de Camila la habían sacado para llevarla a cenar la noche de su cumpleaños, Lauren y Dinah acompañándoles, sin embargo, dos días antes de su cumpleaños, el sábado uno de Marzo, Camila había vuelto a casa de rehabilitación para el fin de semana y había sido sorprendida al encontrarse a sus padres haciendo una barbacoa en su honor, el resto de las chicas y sus familias todos presentes para celebrarla con ella. La madre y el padre de Camila particularmente emocionales ese día, ambos difícilmente siendo capaces de creer que su hija había sobrevivido nueve meses desde el accidente para poder cumplir otro año, su felicidad con ella mientras continuaba recuperándose, ambas físicamente y emocionalmente, abrumándoles en múltiples ocasiones a lo largo de la fiesta informal.

Ahora un jueves, un mes después, se estaba acercando una vez más el fin de semana y Lauren estaba tumbada con su estómago presionado contra el edredón de su cama, sus deberes extendidos delante de ella, un bolígrafo en su mano mientras tomaba algunas notas en un cuaderno a su derecha. Jasper tumbado tranquilamente en la parte de atrás de sus piernas mientras escribía y Lauren podía sentir la lenta subida y caída de su pecho tanto como sus adormiladas extremidades moviéndose contra ella mientras él soñaba.

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