Después de su última clase del día, que consistía en otra vergonzosa introducción en educación sexual durante la clase de salud, Lauren recogió todas sus pertenencias y salió hacia el pasillo lleno de gente para esperar a Camila en su taquilla como hacía normalmente. La tarde pasó bastante rápido en comparación con otros días problemáticos en ese año escolar; sin embargo, la mente de Lauren seguía preocupada por varias cosas, los pensamientos de acompañar a Camila a comisaría de policia y las intenciones de Rachel perturbaban su mente.
Lauren nunca había estado en una comisaría de policía antes y se había imaginado mentalmente cómo sería a través de todos esos años viendo series de crímenes en la televisión. Se imaginó corpulentos detectives de mediana edad vistiendo con camisas desaliñadas, una corbata suelta colgando alrededor de su cuello, manchas de sudor visibles bajo el brazo, mientras tomaban café de una máquina de mierda y comían donuts rancios de una caja. Si era sincera, Lauren no estaba ansiosa por ir a la comisaría de policía tanto como lo estaría Camila ante la visita, recuerdos de lo afectada que su novia estaba ayer seguían presentes en su memoria. Camila había estuvo en estado catatónico después de que le pidiesen identificar el vehículo que la había golpeado el día anterior y le había costado horas volver a su estado normal de nuevo, la visita le dejó con pesadillas fresca y recuerdos para atormentar su sueño. Lauren estaba preocupada de que Camila tuviese que enfrentarse a algo similar, si no a peores dificultades hoy cuando le dijesen que intensase identificar al conductor que tan temerariamente y sin pensarlo le cambió la vida.
Lauren tenía que admitir que le había conmovido excepcionalmente cuando Camila le pidió que fuese con ella a la comisaría. Estaba más que feliz de concederle a su novia cualquier petición si así disminuía potencialmente sus propias ansiedades y por eso aceptó la petición en el momento. Si Camila necesitaba apoyo con esto, entonces Lauren encantada se lo daría. Secretamente, Lauren esperaba que hoy marcase el comienzo de Camila poniendo finalmente atrás el resto de los demonios del accidente que la rodeaban. Lauren rezaba que viendo al conductor y siendo capaz de ponerle cara a esa figura, Camila sería capaz de seguir con su vida al menos, olvidando todas las ideas ridículas de responsabilidad personal y culpa que ella tenía.
Mientras Lauren estaba de pie, con su espalda apoyada firmemente contra la taquilla naranja que estaba junto a la de Camila, con sus libros firmemente cogidos contra su pecho, con los brazos cruzados, miró a lo largo del pasillo y vio a Rachel, de pie frente de ella un poco más a la derecha, mirándola de cerca. Junto con sus preocupaciones por Camila en relación con la visita a la comisaría de esta tarde, Lauren también había estado muy preocupada por el repentino interés de Rachel hacia su novia que al parecer había aparecido de la nada. Lauren y Rachel no habían salido durante mucho, un par de semanas en el mejor de los casos a finales del curso pasado. Rachel no era el tipo de chica por la que Lauren se sentía normalmente atraída; 1,70 de altura, el pelo largo y rubio y unos ojos azules penetrantes y brillantes. Rachel no estaba en el equipo de animadoras, pero tenía un montón de amigas que sí estaban y a menudo se la podía encontrar con ellos o con un grupo mixto del equipo de baloncesto durante el almuerzo. Rachel tenía un cuerpo atlético y fue capitana del equipo de fútbol de chicas, jugando ofensivamente siendo una de las mejores delanteros con más puntuación de la escuela.
Lauren había conocido por primera vez a Rachel en una barbacoa de un amigo en común un soleado sábado por la tarde. Se cayeron inmediatamente bien, Lauren atraída por la evidente confianza de Rachel y su forma extrovertida de ser. Ambas habían pasado ese día absortas en su mutua compañía, la conversación surgía fácilmente antes de que Rachel, a altas horas de la noche del sábado, finalmente le había pedido a Lauren su número. Habían empezado con una relación fácil, las citas eran agradables yendo a jugar a los bolos o al cine. Sin embargo, pronto se le hizo evidente a Lauren que Rachel seguía aún dentro del armario cuando las dos se encontraron con unos cuantos amigos de Rachel una tarde durante una cita. Todo el comportamiento de Rachel había cambiado casi al instante en que se acercaron al pequeño grupo de sus amigos y la distancia física y emocional que se había creado entre ella y Lauren habían llevado al final de su relación.