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~¿Dónde estoy?~

Comenzó a abrir los ojos lentamente, todo estaba borroso en su mente.
No entendía nada, casi no sentía su cuerpo. Cuando comenzó a reaccionar pudo notar que estaba en una habitación oscura y pequeña que era totalmente desconocida para ella.

Estaba recostada en una cama pequeña con un colchón tan viejo y delgado que podía sentir las tablas en su espalda. Finalmente se dio cuenta de que estaba atada de manos y piernas, entonces el pánico comenzó a hacerse notar en ella.

No sabía qué  hacer, si gritar, pedir ayuda, tratar de soltarse, intentar buscar una salida. No sabía en dónde ni hace cuánto tiempo estaba en ese lugar y eso la ponía aún más nerviosa.
Intentó desatarse de alguna manera, pero era inútil, las sogas estaban muy bien atadas y además sentía todo su cuerpo pesado, débil, se sentía incapaz de realizar algún esfuerzo.
Su cabeza comenzó a doler y entró en pánico. Estaba muy asustada, había un gran silencio, parecía eterno y eso la aterraba aún más. ¿y si había muerto?

Lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.
Lloraba en silencio en ese lugar aterrador.
Una vez más intentó zafarse de las ataduras, pero fue en vano.

Ya se había resignado, solo esperaba que sucediera algo o se quedara dormida.
Se había quedado mirando el techo, sus lágrimas ya habían secado, estaba perdida.

Pero entonces escuchó un ruido, esto no le daba buena espina, luego comenzó a escuchar una voz que al parecer era de hombre, este parecía estar hablando por celular.

-...sí claro...no no...pues no lo se...ya no molestes...qué?...ah sí...esto es súper aburrido, no eh podido hacer nada....no, aún no despierta....si ya lo se....como sea....de acuerdo....adiós.-sólo eso pudo entender de lo que decía esa persona, su voz no le sonaba para nada familiar y eso era aún más aterrador.

Luego oyó como colocaban una llave en la cerradura de la puerta y esta se abría.
Intentó hacerse la dormida pero tenía mucho miedo.

Hubo un corto silencio, luego el sujeto soltó una risita y dijo-no hace falta que te hagas la dormida, ya se que estas despierta, puedo notar que tu respiración está mas agitada que la de una persona inconciente-.

Mierda, la había descubierto.
Comenzó a abrir sus ojos lentamente, no sabía que le esperaría al abrirlos.
Diviso una figura que definitivamente era un hombre, aunque estaba todo bastante oscuro podía verse de todas formas que era un chico joven. También podría decir que era un tanto atractivo, pero él era quien la había raptado! Asi que no diría eso.

-ya decía yo que se habían pasado con la droga que te inyectaron-continuó como si nada, cómo si lo que dijera fuera lo más común.

-¿hace cuánto estoy aquí?-se atrevió a preguntar Ashley.

-una semana preciosa- respondió sin más.

-¿Quién eres?-trató de averiguar un poco más.

-que yo sepa este no es un interrogatorio, pero si insistes... yo puedo ser tu peor pesadilla si tu no cooperas.-dijo el hombre para luego cerrar la puerta de un fuerte golpe.

Bueno, ahora sí estaba más perdida que antes.
Muerta ya sabemos que no estaba, pero... ¿y si esto era aún peor?

Hace 7 días estaba en ese horrible lugar y no sabía que habían hecho con ella.

Cada vez se sentía más débil, su espalda dolía como el demonio y sus brazos y piernas ya estaban contracturados.

¿Acaso algo no podría ser peor?

Si alguna vez se quejó por un simple dolor de cabeza ahora se quería matar porque todo esto la superaba.

Quería llorar, llorar, gritar y destruir todo lo que tenía alrededor, incluyendo al tipo que vio hace dos segundos.
Luego de un rato su vista se comenzó a nublar y se vio incapaz de mantener algún ojo un momento más abierto.

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Unas horas después volvió a despertar, pero esta vez se debió al fuerte dolor que sentía. Por Dios! Hace cuanto no iba al baño?
Sentía que moriría en cualquier momento.
Necesitaba un baño para ir a mear tranquila AHORA!
Comenzó a descomponerse, esto no estaba bien. Entendió que como última opción tendría que hacerse encima, sí ENCIMA.
¿Qué si eso era un asco? Por supuesto! ¿pero qué otra le quedaba? ¡se iba a morir!

Sintió como la puerta se abría y entró el mismo chico de hace un rato con una bandeja en sus manos.
Dejó la bandeja en una pequeña mesa que estaba ahí y que hasta ese momento no había notado su presencia, luego el chico se volvió y cerró la puerta con llave.

Ella lo miraba atentamente sin siquiera mover un músculo, estaba tan asustada y adolorida...

-más vale que te comportes-advirtió el chico que luego comenzó a desatar las ataduras que tenía Ashley.

En cuanto él terminó se paró y ella se sentó en silencio en la cama.

-aquí hay un poco de comida-dijo serio-debes alimentarte, no quiero una rata desnutrida en mi casa-dijo y se acercó hacia la puerta por la que entró-oh...-se detuvo- y esa puerta que está ahí-señaló una puerta en la esquina de la habitación- da a un baño- al decir esto pareció que el cielo de nuestra chica se iluminó- también hay una ducha- la miró de arriba a abajo con desprecio- creo que te vendría bien tomarte un baño...-pero no pudo terminar de hablar que Ashley ya había corrido al baño. El tipo bufo rodeando los ojos, salió por la puerta y la cerró con llave.

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Finalmente Ashley salió del baño, ya se sentía mucho mejor.
Fue hasta donde la comida y comenzó a almorzar o cenar... no tenía idea de cuando o en qué hora del día se encontraba. Nunca se había sentido tan perdida.

Ya estaba más consciente y no sabía si eso era muy bueno.
Estaba aterrada, ¿qué hacía ahí? ¿qué le harían? ¿por qué?

Trató de respirar ondo y ser positiva, ¿PERO CÓMO PUEDES SER POSITIVA CUANDO ESTAS ENCERRADA EN VAYA UNO A SABER DÓNDE CON UN TIPO RARO QUE NISIQUIERA CONOCES?

Se recostó de nuevo en la cama mirando hacia el techo.
Comenzó a recordar los buenos momentos con su familia y amigos y no pudo evitar que unas lágrimas cayeran por sus mejillas.

¿Qué será de ellos ahora? ¿La estarán buscando?
Millones de preguntas y ninguna respuesta...

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Dos LibrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora