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~Tu...~

5 de junio, 2017.

Ya pasaron 2 días y todo sigue igual.
Ella en la pequeña habitación sin saber nada y él que sólo se aparece al mediodía y a la noche para llevarle un plato de comida y luego se retira sin nada que decir.

6 de junio, 2017. 03:00 am

Ashley estaba durmiendo, lo más tranquila que puede estar durmiendo teniendo en cuenta sus circunstancias, pero despertó de un saltó debido al fuerte golpe que se escuchó en la puerta. Luego de sentir un par de golpes en la puerta cómo si alguien estuviera probando a ver cuál era la llave que la abría. Luego de unos intentos la puerta se abrió dejando ver al mismo chico de siempre pero esta vez todo despeinado con su camisa desarreglada y el olor a alcohol se le sentía hasta donde estaba Ashley.

-que bueno que estas despierta -dijo con una sonrisa de lado mientras intentaba mantenerse de pie- ven conmigo nena- dijo caminando hasta ella

-Qué? ¿Qué diablos haces? Estas ebrio! Alejate de mí!.

-no te recistas preciosa- dijo como un maníaco y la tomó tan fuerte del brazo que a ella no le quedó otra que salir de la cama- ven aquí -dijo él y comenzó a empujarla hasta sacarla de la habitación, ella intentaba zafarse de su agarre pero mientras más lo intentaba él más fuerte la agarraba y más le hacía doler.

Una vez que salieron de la habitación que Ashley ya conocía, hizo que entrara a la habitación de al lado.

Mientras luchaba contra él para que la soltara pudo notar que la habitación era muy lujosa, estaba todo perfectamente ordenado y había una cama grande en el centro.

-YA PARA- gritó el hombre haciendo que Ashley se sobresaltara y quedara petrificada frente a él -TU...- la apretó contra la pared -TU DEBES OBEDECERME, OÍSTE? -gritó muy cerca de su rostro- ¿QUIERES IRTE? ¿QUIERES VOLVER A TÚ CASA CON TÚ FELIZ VIDA Y HERMOSA FAMILIA? PUES OLVIDADO PRECIOSA PORQUE NUNCA MÁS VOLVERAS A TENERLO, TODO ESO MURIÓ PARA TI, COMPRENDES? AHORA NO ERES NADIE Y MIENTRAS ESTES AQUÍ TENDRÁS QUE HACER TODO LO QUE A MI SE ME PLAZCA, PUEDES ENTENDER ESO?.

Luego de su escalofriante discurso comenzó a besar su cuello salvajemente.
Ella lloraba desconsolada mientras intentaba luchar con todas sus fuerzas para que la soltara.
Cuando vió una pequeña oportunidad logró zafarse, pero eso duró muy poco, en cuanto el tipo la volvió a agarrar le apretó tan fuerte del brazo que pegó un grito de dolor y de repente... pum... un fuerte golpe en su cara la tiró al piso.
La tomó fuerte del cabello e hizo que se pusiera de pie.

-QUÉ PARTE NO ENTENDISTE?- gritó enojado, y con empujones la tiró en la cama y se posó encima de ella.

Mientras la besaba desesperado comenzó a rasgar su ropa.
Ella gritaba y luchaba con todas sus fuerzas pero todo era en vano, estaba desesperada.
Finalmente el chico se detuvo, la miró con una sonrisa cínica y comenzó a desabrochar su pantalón.
Ella ya estaba rendida, sólo miraba a su secuestrador mientras su pecho estaba muy agitado y prácticamente no podía reaccionar ante la situación.
El chico volvió a posarse como anteriormente sobre ella, pero...
esta vez, cuando la vió a los ojos algo era diferente, algo muy extraño pasó, fue como si todo se detuviera a su alrededor, sólo pudo quedarse frente a esos ojos café inchados por el llanto que lo miraban con miedo, luego la miró entera de arriba a abajo, observo su alrededor... -tu... te vez diferente...- dijo un tanto confundido.

Sin decir nada salió de encima de la chica, abrió una puerta de su armario y le lanzó una camisa -pontela si quieres- dijo para luego abrochar su pantalón y salir de la habitación dejando a Ashley totalmente confundida y en parte aliviada.

Tomó la camisa y se la colocó.
Todo lo que sucedió le había quitado el sueño asique se puso a observar la habitación. Era bastante lujosa, parecía la habitación de un hotel.

Se le ocurrió que tal vez en alguno de los armarios o muebles había una llave, un teléfono o tal vez una pistola, cualquier cosa que sirviera para sacarla de ahí, pero en cuanto intentó abrirlos todos estaban cerrados con llave, ninguno podía abrirse.

Suspiró, decidió volver a la cama y aprovechar a dormir en una cama en la que no se sentían las maderas en la espalda.
No tardó mucho en dormirse ya que estaba cansada, hace días no a podido dormir bien.

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