Epílogo

2 1 0
                                    

28 de agosto, 2017. 03:00 pm.

Estaba nerviosa, su pierna subía de arriba a abajo mientras que jugaba con sus dedos.
De pronto sintió como una puerta se abría y levantó la mirada esperando que fuera lo que ella estaba esperando. Efectivamente así era, él  venía esposado acompañado por un policía. Al verlo, el corazón de Ashley comenzó a latir con fuerza. Se puso de pie, en prácticamente un segundo y en cuanto el policía se alejó, ella se lanzó sobre su chico y lo abrazó como si en realidad no lo hubiera visto hace años.

-ay no sabes cuanto te extraño! Estaba muy preocupada por ti. No sabía si estabas bien, cómo te tratan o qué te hacen...-decía Ashley mientras seguía colgada a su cuello.

Pero el joven no mostraba expresión, era como si estuviera apagado.

-cómo has estado? -preguntó Ashley con cierta procuración.

-eh... pues... creo que bien...

La joven tomó su mano -ey... está bien, ok? Sé que estas triste... puedo verlo en tus ojos... puedes hablar conmigo, sabes? Para eso estoy aquí -le dijo su novia.

-este lugar es como un frío desierto. Todo es oscuro, hay un ambiente feo, depresivo. He visto a un par de chicos que me hacen acordar tanto a mi, cuando estaba solo y no tenía a nadie... mi única solución fue unirme a Darrel. En el fondo no me gustaba lo que hacía, pero no tenía otra opción... qué se suponía que hiciera? Estos chicos se encuentran así, solos y perdidos, siguiendo los pasos del camino incorrecto porque creen que no tienen opción... pero en realidad sí. Hay otras formas de hacer las cosas. Sus vidas serían diferentes si hubieran tenido a alguien que los aconsejase, que les mostrara el camino correcto. Yo tuve la suerte de conocerte a ti, Ashley. Aunque fue tarde... y ahora estoy pagando por mis errores...-decía Keeg mientras miraba el suelo.

Ashley lo miraba penosa, en serio le dolía ver al hombre que amaba en ese estado.

-saldremos de esto...-le dijo Ash acariciando su mejilla- juntos.

Hubo un momento de silencio.

-dime...-comenzó a hablar Keegan- y tu qué has hecho?

-pues... volví a ver a mis amigos... fue... muy emocionante el reencuentro. Fue un día entero de charlas, tuvimos que ponernos al día con  todo lo que nos había pasado... también fui a hablar con los directivos de la universidad y la semana que viene retomo las clases.

-eso es genial -dijo Keeg con una sonrisa de lado, pero aún así se lo notaba decaído- cómo viniste?

-pues... mis padres me prestaron dinero para comprar un pasaje de avión para venir a Washington. Salí ayer en la madrugada de California y llegué aquí esta mañana.
Cuando vuelva buscaré algún trabajo para poder venir más seguido.

-qué? No Ashley, estas loca. Tu no puedes hacer eso.

La muchacha fruncio el ceño -de qué hablas?

-tu no tienes que sacrificarte tanto por mi, debes hacer tu vida.

-tu eres mi vida, no lo entiendes?

-Ashley por favor.

-NO! Tu por favor! Acaso quieres que ya no te vea más? Crees que eso sería algo fácil para mi?

-y crees que para mi es fácil!? Esto es muy difícil para mi. Pero te amo demasiado Ashley y no puedo verte sufrir. Tu no tienes que sacrificarte tanto por mi. Tu no puedes trabajar, tu estas estudiando y tienes que abocarte totalmente a eso para poder recibirte.
Yo soy el que está encerrado, no tu. Tu tienes que ir allá afuera y vivir. Divertirte, salir con tus amigos, estudiar, ir de compras, pasar un día de campo, no lo se. Pero tienes que ir y vivir, sin pensar en mi, en que yo estoy aquí, porque sé que eres capaz de pensar que no debes permitirte disfrutar porque yo estoy  atrapado aquí y no sería justo. Pero no princesa, tu ve y vive, corre, ríe, ama. Yo quiero que tu seas feliz. Y si lo mejor para ti es estar lejos de mi... puedo entenderlo... y si tal vez conoces a alguien más que pueda darte esa felicidad..... también puedo aceptarlo, aunque, sinceramente, me duela en el alma, pero si tu eres feliz, eso me basta.

Dos LibrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora