~¿Tu quieres jugar conmigo?~
11 de junio, 2017. 04:00 pm.
-cuando pretendes decirme qué hacemos aquí? -preguntó Keegan llevando un carrito de supermercado.
-sólo se me ocurrió algo que solía hacer en mi casa, y de seguro te sacará una sonrisa -decía ella mientras miraba los juguetes en los estantes.
-quieres que jueguemos a las barbies? -preguntó él levantando una ceja.
Ashley rodo los ojos -claro que no, escucha, me estuve averiguando y descubrí que cerca de aquí esta la Casa de Niños Santa Teresita, es una casa con todos niños huérfanos, dentro de poco será el día del niño y esos niños lo pasan sólos y no reciben nada, así que juntaremos juguetes, ropas y comida y se lo llevaremos a esos niños, qué dices?
-pues... nunca había hecho algo así... pero... no son muchos niños? Cuánto compraremos?
-no debes preocuparte por eso, nosotros compraremos un par de cosas y también iremos pidiendo por las casas, siempre alguien tiene juguetes o ropa de sus hijos que ya no utilizan...
-si tu dices...
-ya! No seas tan amargado!
Estuvieron un largo rato, compraron varios juguetes para distintas edades, también compraron unas prendas de ropa y unos alimentos no perecederos.
Una vez que su parte ya estaba, salieron a pedir a las casas. Pasaron por varias, algunos les decían que no tenían, otros nisiquiera les habrían y otros si quisieron ayudar con la donación, pudieron juntar muchos juguetes, ropa y alimentos.
Ashley estaba muy contenta porque, a pesar de que varios los ignoraron, también hubo mucha gente dispuesta a ayudar.
Y a Keegan le simpatizaba cada vez más esta idea.12 de junio, 2017. 03:00 pm.
Cuando ya estuvo todo, cargaron todas las cosas en la camioneta de Keegan y fueron hasta la Casa de Niños Santa Teresita.
Hablaron con las hermanas que se encargaban de cuidar a los niños y ellas les permitieron que pasaran y les dieran los regalos a los niños.
-cómo estan niños? -habló una de las hermanas.
Al parecer el lugar era un comedor, un gran comedor y estaba lleno de niños.
-estos buenos jóvenes les han traído unas cositas, acérquense! -seguía hablando la hermana.
-hola chicos! -esta vez habló Ashley- no sean tímidos! Vean lo que trajimos!
Los niños más pequeños fueron los primeros en acercarse, Ashley y Keegan les comenzaron a repartir los juguetes, todos se veían muy felices.
Ashley era muy simpática y ahí nomas se hizo amiga de los niños y comenzaron a jugar con ella.Luego un niño pequeño se acercó a Keegan y dijo -tu quieres jugar conmigo?- Keegan se sorprendió, miró a Ashley quien lo veía con una sonrisa y le dijo al niño -claro!
Keegan comenzó a jugar con los niños, todos jugaban y reían, una vez que Keegan se fue soltando comenzó hasta hacer chistes, así pasaron una gran tarde.
Antes de irse, el mismo niño que se había acercado en un principio a Keegan se volvió a acercar.
-qué pasa amiguito? -le preguntó Keegan agachandose a la altura del niño.
-sólo... no quiero que se vayan...-habló tímido el niño.
-ey descuida! -habló Keegan con una sonrisa, se lo notaba feliz- volveremos pronto, no te hagas problema.
El niño lo miró con una sonrisa y lo abrazó, Stons se quedó un poco sorprendido pero luego le respondió el abrazo.
-y dime, cómo te llamas? -preguntó Keegan.
-Thomas -dijo el niño y Keegan no pudo evitar que se cruzara por su mente su hermano.
-muy bien Thomas, te prometo que volveremos lo más pronto que podamos, ok?
-ok! -respondió el niño satisfecho y Keegan sonrió.
-ya debemos irnos- dijo Ashley.
Keegan asintió.
Los chicos se despidieron de todos y salieron del lugar.
Las hermanas les agradecieron mucho por todo lo que habían traído y la linda tarde que le habían hecho pasar a los niños.Una vez que estuvieron en la camioneta Keegan se acercó y besó a Ashley-gracias -dijo él- hace tanto no la pasaba tan bien...
Ashley sonrió -te dije que era una buena idea.
<<>>
ESTÁS LEYENDO
Dos Libros
Science FictionWow, son increíbles los giros de esta vida. Un día todo puede cambiar, todo lo que querías desaparece y... y cuando abres los ojos te encuentras en un lugar que no conoces, nisiquiera sabes cómo ni cuándo llegaste ahí, sólo sabes que no quieres est...