32

22 2 0
                                    

Era ella, y era igual a como la imagine su cabello desordenado caía por sus hombros, se veía nerviosa. 

no pude controlarme y solamente pude ir con ella y abrazarla, se sentía tan bien entre mis brazos, sentía esa confianza y ese amor, que juraba tenia por ella y ella por mi, su cuerpo pequeño y delgado como si de una niña pequeña se tratara envuelto entre mis brazos, definitivamente que soltarla no estaba dentro de mis planes.

-No sabes cuanto espere esto- dijo ella para luego irse separando lentamente y dejar a mi vista un par de lagrimas cayendo por sus mejillas-No llores, tranquila- añadí mientras limpiaba sus lagrimas. 

-No son lagrimas de tristeza- dijo viendome de lado y con sierto gesto de pena-Son lagrinas de felicidad,lágrimas felices, concluyó mientras tomaba mi mano y jugaba con mis nudillos

Verla era una ternura total, sus rosadas mejillas su cara de nerviosismo todo en ella denotaba un aire de ternura que era imposible quitarle y que me hacían sentir incluso más enamorado que antes de verla, y aunque dolía admitirlo ella era como aquella obra de arte que hace meses vi en el museo, algo que jamás podría tener yo

Sam RushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora