Lágrimas, cain por nuestras mejillas y no eran precisamente de alegría le propina aquel ultimo abrazo antes de tomar mi vuelo de regreso a casa.
Y dolia, dolia como los mil demonios ver como se hundía en mi pecho y me pedia en susurros que no me fuera, pero tenia que hacerlo... tan solo tenia que irme.
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Sam Rush
Teen FictionSus ojos penetrantes me observaban y el escalofrío que recorrió mi piel me hizo darme cuenta de que realmente lo amaba, pero... su vida se basaba en mentiras, que causaban grandes heridas. Y la verdad es que las mentiras aunque no se quiera pensar...