Desperté por un sonido frustrante en mi celular.
Parpadee y tome la probable llamada que me esperaba sin ver el contacto.
-¿Hola? -trate de reprimir un bostezo.
-Hola, hermosa... -gruñi al escuchar quien era.
-Alonso, ya hablamos sobre los horarios de llamadas -refunfuñe con los ojos cerrados.
-Parece que se te olvido que iremos a desayunar -rio. Abrí los ojos a tope, se me había olvidado completamente.
-Ah... -me senté en la orilla de mi cama- en treinta minutos estoy pollo -escuche una risa de su parte y roode los ojos.
-Ok. Pasó por ti en media, ¿Eh? -hice un sonido de aceptación- pero en media Paola, no más.
-¿Me estás poniendo un tiempo límite, Villalpando? -dije entre dientes.
Suspiro- Eh... No, quise decir tarda lo que... No mucho, quiero decir... Bueno, ¿tal vez lo necesario?... Pero... -lo interrumpi.
-Ya cállate -rei- en media pasas por mi.
Colgué.
En serio quería a este chico, sino fuese por el me quedaría otra hora más en cama. Vi la hora y eran las 9:00 am., Y en serio si esto no era quererlo, no sabía entonces que era.
Hoy era un bonito sábado, nublado, con señales de que iba a llover y eso me gustaba.
Me fui a la ducha por diez minutos e hice mi haceo personal. Salí corriendo por un pantalón azul y un suéter gris que me compro mamá desde Madrid, unos tenis negros. Deje mi cabello suelto y aplique un poco de maquillaje para darle más vida a mi cara.
Vi la hora y habían pasado ya 25 minutos. Salí de mi cuarto y baje rápidamente las escaleras, faltaban cinco minutos para que Alonso llegará y conociendolo sabía que era demasiado puntual en sus citas, porque a veces a la escuela llegaba tarde.
En la sala me encontré con Mon en frente de su computador y una taza llena de café a lado. Traía bata, lo que me decía que se acababa de despertar y hacia pendientes para el Lunes.
-Hola hermana -salude con un beso en su mejilla.
-Hola, pao -sonrio. Se recargo en el respaldo del sillón y me miro. -¿Saldrás con Alonso? -levanto una ceja.
-Si, me invito a desayunar -me cruce de brazos- ¿Me dejas? -asintio con una sonrisa y regreso la vista a su computador.
-Tengo que entregar unos pronósticos para una junta que tengo hoy en la tarde -suspiro- así que por mi está bien, la mitad de mi día estaré ocupada.
-¿Y qué con los niños? -pregunte.
-Su papá los llevará a la plaza, o yo que se. -tomo a su cafe- con que no me molesten está perfecto -nos reímos.
Escuché como tocaban la puerta y di unos cuantos pasos para abrir, prácticamente no era nada la distancia.
Abrí la puerta y vi a un Alonso muy guapo. Con una chaqueta negra, sus vaqueros y tenis.
Sonreimos al instante y lo saludé.
-Que bien te ves -sonrei con ternura. Igual el.
-Tu también te ves bonita -me abrazo.- Hola, Mon. -saludo aún en mi espalda.
Me separe de el y me tomo la mano.
-Adios hermana -me despedí.
-Adios Mon -Alonso me imito.