/Capitulo 13\

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Desperté por un sonido frustrante en mi celular.

Parpadee y tome la probable llamada que me esperaba sin ver el contacto.

-¿Hola? -trate de reprimir un bostezo.

-Hola, hermosa... -gruñi al escuchar quien era.

-Alonso, ya hablamos sobre los horarios de llamadas -refunfuñe con los ojos cerrados.

-Parece que se te olvido que iremos a desayunar -rio. Abrí los ojos a tope, se me había olvidado completamente.

-Ah... -me senté en la orilla de mi cama- en treinta minutos estoy pollo -escuche una risa de su parte y roode los ojos.

-Ok. Pasó por ti en media, ¿Eh? -hice un sonido de aceptación- pero en media Paola, no más.

-¿Me estás poniendo un tiempo límite, Villalpando? -dije entre dientes.

Suspiro- Eh... No, quise decir tarda lo que... No mucho, quiero decir... Bueno, ¿tal vez lo necesario?... Pero... -lo interrumpi.

-Ya cállate -rei- en media pasas por mi.

Colgué.

En serio quería a este chico, sino fuese por el me quedaría otra hora más en cama. Vi la hora y eran las 9:00 am., Y en serio si esto no era quererlo, no sabía entonces que era.

Hoy era un bonito sábado, nublado, con señales de que iba a llover y eso me gustaba.

Me fui a la ducha por diez minutos e hice mi haceo personal. Salí corriendo por un pantalón azul y un suéter gris que me compro mamá desde Madrid, unos tenis negros. Deje mi cabello suelto y aplique un poco de maquillaje para darle más vida a mi cara.

Vi la hora y habían pasado ya 25 minutos. Salí de mi cuarto y baje rápidamente las escaleras, faltaban cinco minutos para que Alonso llegará y conociendolo sabía que era demasiado puntual en sus citas, porque a veces a la escuela llegaba tarde.

En la sala me encontré con Mon en frente de su computador y una taza llena de café a lado. Traía bata, lo que me decía que se acababa de despertar y hacia pendientes para el Lunes.

-Hola hermana -salude con un beso en su mejilla.

-Hola, pao -sonrio. Se recargo en el respaldo del sillón y me miro. -¿Saldrás con Alonso? -levanto una ceja.

-Si, me invito a desayunar -me cruce de brazos- ¿Me dejas? -asintio con una sonrisa y regreso la vista a su computador.

-Tengo que entregar unos pronósticos para una junta que tengo hoy en la tarde -suspiro- así que por mi está bien, la mitad de mi día estaré ocupada.

-¿Y qué con los niños? -pregunte.

-Su papá los llevará a la plaza, o yo que se. -tomo a su cafe- con que no me molesten está perfecto -nos reímos.

Escuché como tocaban la puerta y di unos cuantos pasos para abrir, prácticamente no era nada la distancia.

Abrí la puerta y vi a un Alonso muy guapo. Con una chaqueta negra, sus vaqueros y tenis.

Sonreimos al instante y lo saludé.

-Que bien te ves -sonrei con ternura. Igual el.

-Tu también te ves bonita -me abrazo.- Hola, Mon. -saludo aún en mi espalda.

Me separe de el y me tomo la mano.

-Adios hermana -me despedí.

-Adios Mon -Alonso me imito.

Cliché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora