El día que "Suga" perdió la "r"

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Jimin había encontrado un lugar donde podía tener exactamente lo que necesitaba diariamente. Una taza de té caliente y WiFi gratis. El establecimiento de Starbucks que se encontraba a dos calles del edificio donde vivía le era realmente atractivo y, solía gastar las horas fuera de la escuela ahí, mirando videos sobre mil y una cosas; entre ellas, coreografías. Le encantaba la danza contemporánea, y aunque la practicaba por su cuenta, le habría gustado poder recibir unas cuántas clases sobre eso.

Pero sueños son sueños después de todo y Jimin sólo se limitó a suspirar.

-¡Mira nada más quién está acá! – La "galleta", como Jimin llamaba al Jung Kook por su pasión de comer éstas todo el día, llegó hasta su pequeña mesa verde y redonda en ese momento.

-Hola. No pensé que vinieras acá también. – Comentó el castaño, poniéndose de pie para recibir a su amigo con un choque de puños a forma de saludo. Después invitó a su compañero a sentarse con él, regresando la vista a su móvil.

-La verdad no soy un gran amante del café o el té pero, me encantan estas galletas con cobertura de chocolate que venden acá. – Dijo con su acostumbrada sonrisa. – Luego regresaré a la escuela para terminar un trabajo en la biblioteca. – La sonrisa se tornó decaída. – Prefiero estar ahí o acá... Cualquier lugar es mejor que mi casa.

El castaño levantó la vista de su móvil y detuvo el video que estaba viendo. - ¿Por qué? - ¿Sería que existían otros padres igual de terribles que los suyos? - ¿Creí que habías dicho que vivías en una casa muy amplia?

-No lo suficientemente amplia para soportar la forma controladora de mis padres. Sobre todo desde que mi hermano consiguió una novia. Ellos constantemente me preguntan cuándo llevaré una chica a casa, siendo que mi hermano es menor y sólo tiene catorce años. – Suspiró y tomó una de las galletas de la bolsa para consolarse comiéndola.

-Y tú tienes dieciséis, ¿no?

-Sí. Y... No es que no me guste nadie. De hecho, hay alguien que me gusta mucho. -Sus pensamientos fueron hacia la imagen de aquel ser que le provocaba tantas sensaciones nuevas. – Es alguien increíble. Siempre me hace reír y siento que puedo confiar en esa persona para todo. – Se detuvo un instante. – A veces me imagino lo que sería dormir a su lado...

-¿Dormir? – Los ojos del castaño se abrieron tanto como sus párpados lo permitieron. - ¿Te refieres a...?

Jung Kook rió y le dio un leve golpe en el brazo con la mano. - ¡No! ¡No hablo de eso, pervertido! – Sus mejillas tomaron un carmín dulce. – Hablo de quedarme dormido abrazándole, de escuchar todo lo que tenga para contarme y mirar su rostro al despertar.

Jimin tragó con fuerza. Le habría gustado que alguien lo quisiera así. Y un "alguien" en particular. Aquél que sólo podía ser comparado con el placer de saborear azúcar en su boca y, al que había apodado mentalmente Suga, por la palabra en inglés "sugar" que aparecía en el mueble de Starbucks y que había perdido la "r" por unos días mientras los encargados del lugar reemplazaban la letra de madera. No obstante, no era momento para que él pensara en sus cosas. Jung Kook estaba ahí, esperando un consejo de su nuevo amigo y, él no iba a decepcionarlo. - ¿Has pensado en presentarle esa chica a tus padres?

-No. ¡Ni loco que estuviera! Ellos son muy conservadores y jamás la aceptarían...

-¿Por qué? ¿Tiene el cabello rosa, algún tatuaje o qué?

-Ellos no se importarían de eso. -Su mirada bajó a la tabla verde de la mesa y comenzó a dibujar un círculo con el dedo alrededor de la bolsa de las galletas. – Es un chico, Jimin. Me gusta un chico. Si mis padres lo supieran... ¡enloquecerían! Literalmente, no exagero. Estoy seguro que me enviarían al servicio militar o a una institución mental. Mi padre cree que eso es una enfermedad. Por eso jamás invito a los chicos a mi casa. Mucho temo que Jin y Yoon Gi se besaran o tuvieran un gesto cariñoso y, ellos lo verían.

21st Century High School  [ Yoonmin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora