Soy Vitya |Victuri|

Capítulo 4

Todo estaba saliendo... , saliendo absolutamente mal.

Quizá estaba exagerando pero las cosas no estaban sucediendo como creí que pasarían.

Primero, Vitya se había enfadado conmigo -a tal punto de dejarme solo en el restaurante en el que estábamos- porque le había preguntado a la camarera si podría traernos un poco de sal, cuando por fin pude encontrar a Vitya él se negaba a hablarme, estuve caminando detrás de él hasta que se decidió por fin dirigirme la palabra.

Segundo, caminábamos por la plaza principal, en mi caso admirando toda la arquitectura griega e intenté tomar su mano, porque eso es lo que suelen hacer las parejas pero él nuevamente se enfadó conmigo, pregunté un millón de veces qué es lo que había sucedido.

—Me tomaste la mano como si yo fuese de tu propiedad y no lo soy, Yuri — y después de aquello volvió a dejarme solo en la plaza.

Todo ésto estaba volviéndome loco.

¿Qué tenía y qué no tenía que hacer con él? ¿Era así de complicado tener una pareja? ¿Sería así siempre?

Junto con el caluroso y sofocante calor comencé a caminar en busca de mi pareja, se los describí a algunas personas con las que me crucé esperando que ellos lo hayan visto pasar pero nadie parecía reconocerlo.

La preocupación que sentía fue aumentando de nivel con cada minuto que pasaba; yo no sabía realmente de dónde había venido, sólo sabía lo que Mila y él decían fue enviado por Afrodita, pero, ¿qué significaba eso realmente? Así que con la poca información que tenía me preocupaba el hecho de que se haya perdido o algo peor...

—Oh por favor Afrodita, que no le haya sucedido nada malo —pedí viendo al cielo en un susurro.

Esperaba que la Diosa me ayudara con esto y que no se haya enfadado conmigo por las cosas que estaban pasando, no sabía que tenía que hacer.

Temía que ella se indignara por hacerle pasar malos ratos a su regalo.

Restregué ambas manos en mi rostro, sintiéndome algo desesperado, no sabía dónde buscar o donde podría estar. Intenté aplicar eso de "¿dónde estaría si fuese Vitya?" pero el problema es que no lo conocía suficiente. Él baśicamente se limitaba a besarme en cada oportunidad que tenía..., y escapar, claro.

—¡Yuri! ¡Amor! —la voz de Vitya venía detrás de mí.

Hice un movimiento rápido, causando un dolor palpitante en mi cuello, solté un jadeo de sorpresa al sentir el cuerpo de Vitya chocar contra el mío en un fuerte abrazo.

—¡Vitya! ¿Dónde estabas? Te estuve buscando —dije con reproche poniendo mis manos sobre su espalda, retrocedí un poco para verlo.

No estaba sonriendo como normalmente lo hacía en ésta ocasión tenía un adorable puchero en sus labios, me enterneció un poco; sus ojos azules estaban teñidos de un pálido rojo y sus pómulos de igual color, las lágrimas secas en sus mejillas delataban que había estado llorando.

—Yo estaba buscándote a ti pero Mila me ayudó a encontrarte —comentó limpiando sus mejillas, señaló a la mencionada que estaba viéndonos con sus labios apretados.

—Gracias, Mila.

Ella solo asintió en nuestra dirección y se alejó, su blanco vestido largo ondeó en dirección al aire.

—Ya no vayas así, Vitya, por favor, me preocupé.

—¿Yuri se preocupó por mí? ¡Qué lindo!

Volvió a abrazarme como suele hacerlo, acercando nuestros cuerpos. Escondió su rostro en mi cuello, su respiración me hizo un poco de cosquillas, me estremecí en sus brazos.

Dejé escapar un jadeo de sorpresa cuando acarició mi cuello con sus labios, dejando unos cuantos en la extensión de éste. Logré separarme de él, procuré tener una sonrisa en mis labios para no herir sus sentimientos.

—¿Quieres caminar un poco?

Vitya asintió con la cabeza y tomó mi mano en un agarre firme, lo miré de reojo. Quise hacer un comentario sobre lo que había pasado, pero eso sólo traería más problemas; decidí evitarlos.

Ya había pasado mucho drama para un día.

El sol se estaba metiendo, regalándonos una hermosa vista del cielo. Si Phichit estuviese viendo esto estoy seguro que tomaría muchas fotos para después subirlas a sus redes sociales, desee haber traído mi celular conmigo para tener otro recuerdo de aquel cuadro creado por la naturaleza y así mostrárselo a mi amigo.

—A Phichit le encantaría ver esto.

—¿Phichit? ¿Quién es Phichit? —Vitya tenía su ceño fruncido mirándome fijamente.

—Oh, es mi mejor amigo.

No dijo nada más, se limitó a jalarme para que siguiéramos caminando.

Me atreví a entrelazar nuestros dedos y darle un ligero apretón a su mano, él volteó a verme aún con su ceño fruncido, me pregunté qué haría un buen novio en éstos momentos, ¿tenía que dejarlo pasar o preguntarle que sucedía?

Indeciso, me acerqué a él y dejé un beso en la comisura de sus labios, al instante lo sentía sonreír por mi acción. Suspiré más tranquilo.

—¿Vitya? —pregunté una vez que lo ví más relajado.

—¿Si, querido?

—Uh —murmuré, no sabiendo cómo comenzar—. ¿De dónde vienes? No lo tomes a mal —me apresuré a decir—, es sólo que sé muy poco de ti que... que me preguntaba de dónde vienes, ¿eres de aquí?

Fue su turno de detener la caminata, su rostro reflejaba confusión, sus cejas estaban fruncidas y sus labios tenían una mueca. Imaginé que en el poco tiempo que estaba conmigo jamás se lo había preguntado.

—Afrodita me envió a ti.

Un fuerte aire sopló, su cabello se movió en la misma dirección. Su mueca se hizo más prominente.

—Sí, lo sé, lo has dicho antes, pero, ¿eres de aquí? —repetí—, me refiero a ¿qué hacías antes de ser enviado a mi?

Me puse frente a él para poder encararlo, acomodé un mechón de su sedoso y largo cabello detrás de su oreja pues se había interpuesto en sus ojos.

Se limitó a mirarme sin responder una de mis preguntas.

No sé cuánto tiempo estuvimos uno frente al otro, mirándonos fijamente, sin poder decir o hacer algo.

—Sólo sé que fui enviado a ti, Yuri.

Me pareció oír algo de tristeza en su voz, queriendo que ese sentimiento en él desapareciera, lo abracé, lo abracé de la misma forma en la que él solía hacerlo. 

¡Hola! ¡Hola! Con ustedes un nuevo capítulo y nueva portada. <3

Como dije la otra vez Vitya me encanta, es tan irracional que me da risa, ahre. 

Espero que hayan disfrutado de la lectura.

Nos leemos pronto, Mimmis.