Siete Días |Kookmin| EDITANDO

Cita de un martes en la tarde.

Jungkook

El sonido de los envoltorios y de las personas sorbiendo de sus pajillas inundaban el lugar, Jimin tenía una mirada seria mientras comía su hamburguesa. La mía estaba intacta solo bebía de mi refresco.

-¿No te gustan las hamburguesas? No haz tocado la tuya.- Jimin despegó su mirada de su comida para clavarla en mi.- Odio que hagas esto. Estás molesto por algo pero aún así te mantienes en silencio y haces lo que yo quiera.

Me habló con tono serio y molesto, la había cagado, estaba siendo muy obvio.

-No es nada. Supongo que tengo algunos problemas en casa.

¿Por qué no puedo decidirlo? Tengo que terminar con esto antes de que esta vez sea yo el que caiga.

-Si quieres podemos dejarlo hasta aquí. Supongo que no te gusta que la gente te siga.

-¡Exacto!- Un poco de salsa de la hamburguesa se asomaba por la comisura de sus labios.- Si no nos divertimos los dos, entonces cual es la gracia.

Solté una risa, se veía muy tierno, volvió a sacar un mordisco a su hamburguesa mientras fruncía el ceño, al parecer había descubierto que me reía de él.

-¿De qué te ríes? ¿Es de mi? ¿Te parezco gracioso?- Dijo lo último mientras me apuntaba amenazante con una papa frita.

-No, nada de eso. ¿Qué te parece si vamos a comprar zapatos?

Comió el resto de la papa con la cual me había amenazado y clavó su mirada en mi, la salsa de la hamburguesa aún seguía ahí.

-Vamos a ver si hay nuevos modelos.- Continúe.

-De acuerdo vamos, pero...- apuntó con su pequeño dedo hacia mi bandeja.- Come eso, estas muy delgado, niño.

Me sentía incomodo, pues mientras comía tenía su mirada clavada en mí, " me preocuparé de que comas hasta la más diminuta migaja de eso" me dijo antes de limpiar sus labios con la servilleta, haciendo desaparecer algún rastro de la salsa que en algún momento se asomaba por sus labios.

Al terminar nos dirigimos a una tienda de zapatos, ambos mirábamos diferentes variedades de diseños y colores, eso me hizo darme cuenta que no conozco nada de él y por su seriedad y sus posturas cuando tensa el arco nunca imaginaría que sería una persona tan interesante. Cada vez me cuesta más apartar mi mirada de él.

No terminamos hasta la puesta de sol, cuando decidimos ir al cine, la película era interesante, mis cinco sentidos estaban puestos en ellos pero un peso en el hombro captó mi atención. Su cabeza descansaba en mi y su relajada mano de apoco inclinaba el vaso con soda, lo tomé y lo puse en el hueco del antebrazo. 

Había olvidado por completo la película ahora mi atención estaba puesta en la cabellera rubia que descansaba en mi hombro.

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