Lena había salido de su casa aquel sábado sintiéndose indispuesta, angustiada, y con la certeza de que aquel no iba a ser su día.
El calendario de su despacho marcaba el día 31 de diciembre. El resto de días anteriores estaban tachados, y solo quedaba ese para poder tirarlo a la basura y comprar otro.
Tecleó en su ordenador un poco.
El reloj de su oficina seguía parado, y Lena miraba constantemente su móvil. Quedaba poco para que su jornada acabase y para "pillar vacaciones" hasta el 2 de enero, aunque la verdad era que prefería quedarse en su despacho esos días.
Carmen había decidido "devolverle el favor" a Kramer e ir a su casa por Nochevieja junto a Lena.
Siguió tecleando.
Cuanto menos quería pensar en ello más lo hacía.
Y eso la hacía sentir impotente.
Pese a que ella tenía trabajo aquella mañana, Carmen ya podía presumir de estar de vacaciones. No paraba de revolver armarios, como buscando algo. Cuando Lena volvió a su casa, a media tarde, tuvo que andar con mucho cuidado para no pisar nada que no fuese suelo.
-¿Qué haces?
Carmen estaba sentada en el suelo de su habitación, con una escoba en la mano, como buscando algo debajo de su armario.
-Arreglarme para esta noche.
Lena se cruzó de brazos.
-Ya veo. ¿Y la escoba?
-Se me ha caído un anillo debajo del armario, pero es igual -se puso en pie-. ¿Mucho trabajo?
-No demasiado -dijo-. He salido antes para algunas cosas. Para esta noche. Comida y eso.
-Ya te dije que Michiel iba a cocinar.
-No me fío. Seguro que mete veneno para ratas en mi sopa. O una mosca muerta en los cubitos de hielo.
-No seas pesimista -soltó Carmen.
Lena se fijó bien en ella. Era guapa casi sin pretenderlo y tenía un aura de pureza alrededor. Llevaba un vestido azul marino que le llegaba hasta los muslos, y un escote bastante generoso.
En cambio ella llevaba una sudadera Nike y un pantalón vaquero desteñido.
-¿No te vas a arreglar?
Lena despertó de su ensoñación.
-Sí, claro.
Se metió en su cuarto, parpadeó un par de veces y suspiró. Se sentía nerviosa y también un poco agotada. Esperaba que a partir de aquella noche Kramer se alejase de su vida y fuese únicamente "el novio de su mejor amiga".
De su armario sacó un mono negro que le llegaba hasta los tobillos y se lo puso. Aquel día era gris y amenazaba con ponerse a llover, así que sacó una gabardina de color beis y se la puso.
-¿Lista? -le preguntó su amiga desde la puerta. Lena cogió las bolsas llenas de comida.
-Lista.
---
Las dos chicas llegaron a la casa de Michiel cuando el sol estaba ya marchándose.
-Y recuerda -comenzó Lena-, si la cena no está preparada la haré yo.
-Pero si ya se está cocinando te mantendrás al margen.
Ambas se colocaron frente a la puerta, en los escalones. Lena olfateó de manera exagerada.

ESTÁS LEYENDO
Lena, sé el amor
Fiksi PenggemarLa historia de Lena, una periodista de Rotterdam que encuentra el amor -entre otros sentimientos- con un futbolista al que odia al principio. ACLARACIONES: Esta historia nació en un recreo cuando mis amigos/as y yo -autora- planeamos crear una histo...