Tres

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Ya había pasado un día, el ave estaba donde la última vez, mirando a todos lados ansiosos y esperando a que el otro viniera ...pero no llegó, se estaba desilusionando lo había dejado plantado según el y poco a poco se empezó a rendir suspirando..se acostó en el césped pero al mirar arriba se espantó al ver al sirviente de la muerte, estaba detrás de él ¿por que no se había percatado ? Ni él mismo sabía.

Se levanto de golpe con las alas esponjadas por el susto.

Cuánto llevas ahí?!- preguntó el encapuchado un poco alterado eh indignado

Casi casi acabo de llegar- contestó su contrario con sus voz tranquila mirando fijo al alado que se encontraba parado ahora

Me asustaste...- dijo casi susurrando mientras se volvía a sentar, el otro se disculpó y se dispuso a sentarse junto al contrario. Admiraron el lugar, estaba nublado parecía que iba a llover, conversaban y se preguntaban cosas como pasatiempos o cosas por estilo. Él ave comenzó a contar alguna anécdota de algo qué pasó con su amo, una historia de cuando vida hizo alguno de sus desastres y que llegara al grado de destruir cosas, su contrario en ese momento no lo escuchaba solo lo miraba.

Unos segundos bastaron para que suspirara y se quitara el sombrero para después acotarse en las piernas del encapuchado el cual dejo de hablar y miro al otro con algo de nerviosismo

Valla, eres bastante cómodo -musitó el sirviente para después cerrar los ojos

Él ave ladeó la cabeza mirándolo, suspiró y acaricio un poco su cabeza, tenía intenciones de dormirlo y al parecer logró su cometido, el sirviente termino quedándose dormido por las caricias del alado, se veía tierno e indefenso en ese estado, se sentía algo extraño  pero en cierto grado le gustaba.

Hasta que una gota callo en la frente del menor, haciendo que levante la cabeza, no quería quitarse y menos arruinar ese momento. Cuando las gotas comenzaron a caer desplegó una de sus alas lo más que pudo para cubrir al que ahora dormía plácidamente en las piernas del encapuchado.

Ahora empezaba a llover y el sirviente estaba completamente empapado menos su amigo, tenía bastante fuerza en las alas así que no se cansaría de mantenerla estirada, no le importaba mojarse pues le gustaba más ver al mayor dormido.

Pasó otro rato y poco a poco el mayor se despertó pero abrió más los ojos al ver que estaba lloviendo y una ala blanca estaba sobre el evitando que se mojara.

Oh, despertarte - dijo el alado com una voz tranquila y amable

Pero que...por qué no me despertaste??! Estas mojado! - se sentó pero al momento de sentarse el encapuchado hizo su ala para arriba para que aún no se mojara su contrario

Pues...es que no quería despertarte ..-bajo un poco la mirada -te veías tan comido...- susurró él ave encogiéndose de hombros

El mayor suspiro, estaba un poco enojado consigo mismo por no haberse percatado antes, aquí de que quitó el traje y se lo puso en la cabeza al ave

Te va a dar algo...mejor regresemos, si?- preguntó con delicadeza mirando directo al menor, que asintió con algo de vergüenza.

Te veré mañana? -preguntó el alado tapándose con el traje del contrario

Por supuesto -ladeó la cabeza mirándolo para después desaparecer.

Él ave sonreía internamente al escuchar eso y sin más igual desapareció con el con el traje del contrario.

Sirvientes ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora