Ahora si diez

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Mientras tanto en nim, se encontraba el dios de la muerte, deprimido y devastado por lo que había pasado y su sirviente estaba en las mismas por haber dejado en olvidado a su querido amigo él ave, en ese momento se sentía tan mal y con forme fueron pasando los días la desesperación le ganó, trataba de convencer a muerte de regresar, que no valía la pena estar molesto por esas cosas, pero le hizo caso omiso lo que le hacía sentir peor, no tenía permiso de aparecer cuando muerte salía a la tierra para hacer su trabajo eso es lo que más le frustraba, tenía que quedarse ahí en contra de su voluntad

- por qué tiene que ser así?...

Quitándose el sombrero el más alto se sentó en el mismo lugar de donde estaba metiendo la mano en su saco y sacando una larga pluma suave y blanca, era del ave, se le había caído y no dudó en guardarla, hasta ahora era su único recuerdo de él, el cual atesoro estas semanas que pasaban

Sirvientes ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora