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No lo podía creer, aquí estaba yo, llevando a aquella morena a una cita solo por no recibir una denuncia, era lo menos que necesitaba en este momento.

- Tú diriges morena.

-Sara.

-¿Qué?

-Mi nombre es Sara no morena, te agradezco si me llamas por mi nombre.

-Esta bien, entonces, tú diriges Sara.

A veces podía ser tan irritante, bueno, en realidad desde que la conozco lo era, siempre era irritante, todo quería que fuera a su modo, debería saber que no puede controlarlo todo.

- Déjame aquí, gracias.

- Como digas.

-Maneja con más cuidado Ethan.

Espere a que aquella morena bajará de mi auto y continúe camino a casa, me sentía más cansado de lo normal, mis ojos pesaban más de lo normal y la resaca me estaba matando.

No tarde mucho en llegar a casa, me dirigí a mi habitación e intente dormir, pero solo podía pensar en la noche anterior, ¿Necesitaba eso para sentirme menos vacío?, necesitaba eso para sentirme menos vacío.

Quién diría que el alcohol solucionará tantos problemas, ¿Quién dice que no puedo beber hasta perder la conciencia para sentirme bien?, Era lo que iba a hacer de ahora en adelante, más que por placer lo haría por una necesidad, necesitaba sentir algo, la rutina me matará de no hacerlo.

II

Un fracaso, así describiría mi cita.

Él no era Iken, no se parecía en absoluto, lo único que los hacia similares era su físico, pero no era él.

¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?, ¿Por qué no podía seguir con su vida y ya?, La respuesta era sencilla, él era su vida, pero él ya no estaba y tarde o temprano tenía que conformarse con no tenerlo, con no tenerse ni siquiera a sí misma, porque las cosas eran así, sin él, ella era una persona irreconocible, ella ya no era ella, tan sólo era una extraña en un cuerpo vacío, sencillamente no era nada.

Llegó a su casa, se cambió y se encerró en su habitación, empezó a hacer los trabajos que le correspondían, escucho un par de canciones, tomo un par de cervezas y cayó tendida en el sueño luego de un par de horas.

Debía darse méritos, no lloro, por más que tuviera un nudo gigante en la garganta no lo hizo y para ella eso era un gran logro, porque nunca había podido resistir el llanto, no cuando se trataba de él.

II

Se despertó a eso de las tres de la mañana, su estómago gruñía del hambre, se levantó, tomo sus zapatos y en la cocina encontró unos trozos de pizza, sirvió un poco de Coca-Cola y devoró todo en tan solo minutos.

Miro con inseguridad hacia aquel rincón de la cocina, el sabía lo que había guardado en aquel cajón, se acercó temeroso y saco la pequeña bolsa que él mismo había guardado, miro su contenido, nunca la había visto más brillante, o al menos así la veían sus ojos, inmediatamente empezó a sudar frío, sus manos temblaban, sus ojos se dilataban y sentía demasiada ansiedad, se dirigió a su habitación, ahí tenía lo necesario para armarlo, lo necesitaba, había aguantado algunas semanas, pero ahora sentía que lo necesitaba como nunca.

Inconsciente, así estaba Ethan, pero así le gustaba sentirse, ¿Por qué pensaría en dejarlo?, Aunque pensará que se estaba volviendo adicto ¿Qué tenía de malo?, Muchas personas tienen otras adicciones y han triunfado, ¿Por qué el no lo haría?, Esa era su mentalidad, así vivía, así esperaba vivir por el resto de su vida.

GOODBAY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora