Vergüenza

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No pasaron ni 3 días después de que él comenzará a comportarse raro, él casi ni notaba mi presencia y eso, eso me tenía molesta así que sin dudar utilicé mis recursos.
Nunca e sido como cualquier chica pero no lo niego el me estaba cambiando y en ese entonces no sabía si era bueno o malo.
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Estaba a punto de comenzar su hora y yo tenía algo para que me notara
-Hola Efraín dije con una sonrisa coqueta sin hacerle caso a ninguno de sus amigos, que inevitablemente lo codeaban y molestaba.
Tenía un círculo de chicos y no había ningún lugar disponible así que tome el atrevimiento de sentarme en sus piernas solo diciendo:
-Bueno chicos y de que estábamos hablando.
Todos se quedaron perplejos y Efraín me susurró al oído.
-Ya te diste cuanta de que te gusto.
Ja solté una risa firme y cómo si nada me límete a mirar de reojo hacia la puerta, después de eso comenzó la platica que sinceramente ni recuerdo.

Minutos más  tarde entro y comenzó a platicar con varios compañeros como es de costumbre, me puse nervioso y estuve a punto de irme con la Family pero no, el tenía día sin hablarme, sin dejarme participar en clase, todo seco y distante y esto no se quedaría así, así termino mi pensamiento que fue interrumpido por un - Ey..! Señorita siéntense bien que va a comenzar la clase.
Su voz escuchar su voz de esa manera me distrajo y más después estando tiempo, pero nunca pensé que eso pasaría.
Me levante rápidamente e intente sentarme en el lugar de a lado pero no me senté correctamente debido a la mochila que había en la banca así que no sé cómo rayos pero resbale, o si resbale, mi espanta rodó por toda la orilla de la banca hasta mis hombros, no caí por completo pero fue una escena tan graciosa que hasta el río, enseguida Efraín me ayudó a incorporarme y después pregunto- ¿Estás buen amor? 
Me limité a contestar con una risa y un si.
Termino su clase y en el momento en que menos quería hablar con él por el ridículo qué pasó se le ocurrió decir:
-Señorita Lain a dónde cree que va, tenemos un proyecto que planear.
Todos mis amigos tan lindos como siempre se limitaron a pardear mi hombro o darme un beso como despedida.
El salón se quedo solo debido a que todos tenían que ir a cafetería.
Una vez que el pasillo veía más tranquilo se sentó en el escritorio y me miró atentamente
-Me puedes explicar la escena de hace unos minutos, tienes algo con ese jovencito.
Me quedé sorprendida por lo raro que sonaba, no sabia si sentirlo como un regaño de mi padre o una escena de celos, pero pesar de la vergüenza que pase segura enojada así que conteste muy fría
-¿Y si así fuera, le ve algún problema?
Él se quedo perplejo y no dijo nada así que continúe - Me parece que el asunto que teníamos que hablar era del proyecto.
Al parecer no era la única enojada ya que él solo se levando, golpeó el escritorio y dijo firmemente:
-Bien, quieres comportarte como una niña inmadura, perfecto.
-¿Qué?
- Nada señorita, para mañana quiero una novela infantil para ver su ortografía y su entendimiento en la narrativa básica.
De inmediato cruce los brazos y dije disgustada:
-Esa bien... Profesor Mina.
De la nada volvió mi el recuerdo de él resbalón a plena clase y solté una carcajada a lo que él volteó y me dijo
-¿Que le parece gracioso? Es más para mejorar su humor que sean 50 cuartillas a mano como mínimo.
Abrí los ojos asombrada por lo cruel que estaba siendo pero el recuerdo permanecía en mi mente y soltando una me día sonrisa dije: - Está bien, pero aclarando de déjeme explicarle por qué era mi risa, fue por qué recordé como resbale de la banca.
Finalmente el ambiente se relajó pues el también sonrío, pero el hielo se rompió tan rápido que las cosas se empezaron a poner calientes, cosa que él y yo sabíamos por el simple hecho de mirarnos y casi besarnos.

Él se sentó a escribir en su escritorio rápidamente, dejo el papel escrito en su lugar y se marchó, de inmediato entendí, estábamos en los primeros pisos por lo que era evidente que alguien podía entrar y vernos su pasaba algo, así que me dejo una nota, la cual decía:

No aguanto más tenemos que hablar de lo nuestro te veo en el mismo salón de aquel día.

De inmediato camine lo más rápido que pude corrí cuando sentía que nadie me miraba y subiendo escaleras en las que no se encontraba nadie.

Finalmente llegue abrí la puerta pero el no está ahí.

Me quede impactada pero decidí esperarlo, pasaba minuto tras minuto y me cada segundo me parecía eterno, sonó la campana para entrar a la próxima hora pero recorte que el profesor que nos tocaba se había reportado enfermo así que decidí esperarlo un poco más.

Finalmente decidí salir de hay confundida y algo triste, cuando iba abriendo la puerta él llegó y sin pensarlo me beso y me regreso al centro del salón, sin antes cerrar la puerta con seguro.
-Perdóname, decía sin separarse completamente de mis labios, en verdad perdóname, tú compañera Mabel llego a preguntar por ti, le dije dónde encontrarte pero al parecer tenía más preguntas y me distrajo con ellas.
Finalmente lo aparte y dije:
-No hay problema pero esto no es haba sobre nosotros así que comienza.
- Tienes razón, perdón me deje llevar.
-Primero que nada explícame por qué te has comportado tan rato.
Soltó un suspiro y puso una sonrisa de medio labio y pregunto:
- ¿Qué acaso no lo notas?
Lo miré algo incrédula pues al parecer para él era obvio.
Después de mirarme prosiguió -Me distraes demasiado, me tienes tan enamorado que cada que te veo señorita quisiera dejar la clase a medias y recordarte lo hermosa que te vez.
No pude evitar ruborizarme, intente bajar la mirada pero el sé acercó y me tomó de la barbilla y me susurró casi besándome, - No notaste que casi me levanto a quitarte de aquel chico.
No sé por qué lo dije pero lo dije:
-Celoso y le di un pequeño beso en la mejilla.
- Si, no lo niego y es que teniéndote tan cerca todos los días aveces día horas seguidas con eso es inevitable no seguir sintiendo algo por ti.
Reí incrédula y pregunte: - ¿Por que lo dices? no hago nada para ganar tu atención, excepto hoy, que por cierto creo que no fue una gran idea así que perdón.
Sonrío, me tomó de la cintura, me acerco a él y dijo: - No necesitas hacer gran cosa para que sepa que estás presente, con el simple hecho de que sonrías (tocó mis labios delicadamente con su dedo pulgar ), con el simple hecho de escuchar tu voz, con el siempre hecho de ver esos hermosos ojos ( parpadee una vez y luego lo mire) con lo simples hechos de tenerte cerca me conformo.
Se iba a alejar pero mi camisa se atoró en uno de los botones te su traje de una rara manera y cuando tomo un poco de distancia se abrieron los primeros botones, dejando ver el bra de un color hueso con un delicado encaje gris.
Ya no aguantamos más, el me miró a los ojos como esperando a que diera mi consentimiento así que con la mirada afirmé y él ansioso comenzó a desabotonar la los botones que quedaban.
Nuestras respiraciones cada vez se agitaban más y en ese momento se me vino a la mente ¿Por que rayos me quite el suéter y el chaleco para coquetear con Efraín? Nunca me quitaba el uniforme por más calor que hiciera pero en ese momento la temperatura de mi cuerpo era demasiada y lo que menos quería era ropa.
Deje de pensar y me percaté que ya estábamos en el suelo yo sin camisa y él apenas sin sacó, así que tome su corbata y lo acerque a mi, lo bese, mordí su labio inferior mientras desabotonada su camisa y quite ambas prendas.
De repente lo escuche hablar algo agitado, casi sin aliento - Eso en trampa tú aún tienes aún tienes prendas arriba.
Sonreí y desabroche el bra, lo deslice lentamente entre mis hombros y dije con una sonrisa traviesa - Tenemos que ir más rápido pues ya desaparecí mucho tiempo.

¿Me enamoré de mi profesor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora