+Para tener 32 no sé cómo le hace para conservarse tan guapo, fácilmente se ve de unos 27, no pensé que fuera más grande.
-Y ahora que acepte que si me atrae, ¿Qué sigue?
+ No solo me atrae me enamora.
- A ver aver aver, no me debo emocionar, hace unas semanas era el peor tonto del mundo y ahora hay amor, ¿qué no aprendo?
+Sería muy mala suerte que sea cómo todos mis amores, yo sé que en él es diferente.
-Any, ¿Entonces qué piensas?
-Pensar de que?
-¿Qué no estás escuchando? dijo pensativo a una respuesta.
+Rayos me perdí en mi mente de nuevo .
-Bueno aclarando más el tema que piensa de un proyecto grupal, teatro, algún musical una pelea de bandas.... bla bla bla...
+¿Que acaso no tiene ideas nuevas? Eso es un chiche tras otro, pero sin en cambio no sé cómo logre decir:
-Lo que ustedes decidan por mi está bien y sonreír.
Por un momentos todos los que estaban en la sala se me quedaron viendo; yo no era así, yo no mantenía en silencio lo que en verdad pensaba, ¿por qué ahora lo hacías?
No sé que dije pero el tiempo se tornó incomodo desde ese momento, el profesor ya no pedía mi opinión y al tocar la campana fue el primero en salir.Pasaron varios días y me estaba comportando muy dispersa, hasta que en un día enfrente de todos se te ocurrió preguntar ¿Qué tienes?
-De inmediato sentía el rubor en mis mejillas y un momento después me atrevía a contestar: - Nada, no tengo nada.
Pero la persistencia siempre a sido algo característico tuyo así que insististe - Vamos dime que tienes, te e notado algo rara, estás perdiendo tu brillo.
Algo me movió en mi estómago y respondí sería: -No es nada profesor.
Termino la hora y ni siquiera recuerdo que vimos ese día solo recuerdo que te detuviste en mi pupitre y me susurraste al oído: - Ve al segundo piso te tengo una sorpresa.
Salí del salón sin que nadie lo notara puesto a que si no preguntarían, tome las escaleras más cercanas y las subí a toda prisa, un flecha en el piso apuntaba a un papel doblado, de inmediato lo recogí y lo leí, decía:
-Esto te encantará, ve al salón 302 A.
Corrí todo el pasillo debido a que era el último salón y estaba en contra del reloj pues la siguiente clase estaba apunto te comenzar.
Estoy enfrente de la puerta, el cristal está tapado por una cortina y no se escucha ni un ruido.
Respire hondo y abrí lentamente, se encontraba un escritorio en el centro con papeles que me parecían familiares, por alguna razón el salón no tenía bancas solo el escritorio como ya antes mencione; esas hojas de un color amarillento similar a un pergamino, me acerqué sin dudar y cuando llegue me sorprendí, cada hoja tenía una escritura singular, no era que me parecieran similar es que eran mías, millones de libros sin terminar y todos estaban hay, -Sorpresa! ; por un momento olvide que alguien más podía estar ahí y me percaté hasta que lo tenía de tras mío y puso la mano sobre la mesa diciendo:
-Nada de proyectos grupales este proyecto solo será tuyo y mío, te ayudaré a terminar una gran historia, tal vez hasta con película y todo.
Sonreí, todo eso lo dijo a mis espaldas, se había acercado tanto que no me había dejado espacio para voltear al menos que de quisiera estar a 3 cm de el, una parte de mi no quería hacerlo pero pasó di la vuelta y lo mire, esos ojos azules me estaban impulsando a un anhelo que siempre había tenido y no sé cómo pasó pero mientras moría hipnotizada por eso ojos y esa sonrisa los centímetros iban disminuyendo y sin pensarlo dos veces me tomó de la cintura pegándome a él y susurro a milímetros de mis labios: -No sé qué haces cuando te distancias, pero me haces extrañarte tanto, no tienes ni idea de lo que me haces sentir.
Eso no termino en beso, tampoco nos interrumpieron o me aleje, solo conteste: -Si no fuera mi profesor no se hasta donde llegaríamos.
Sonó la chicharra así que no dude en irme, pero una vez en la puesta dije: -Aceptó que este sea nuestro proyecto.
A lo que el extrañamente respondió: -Tienes razón solo debemos ser alumna y maestro no podemos dar ni un paso más, dio media vuelta resignado.
Sin dudarlo regrese y a su espalda dije: - No es que haya perdido el brillo es que el joven que me gusta no me da motivos para brillar.
Se volteó y solo respondió tomando mi mejilla: -Él es muy afortunado de que tan solo sepas que existe.
Y así surgió un beso apasionado al principio solo eran nuestros labios tocándose, después apartó las hojas del escritorio y me subió, acaricio mi pierna varías veces sin subirla la mano de más, fue un beso espectacular que casi llevo algo más, nos apartamos pues necesitábamos aire, pero sin dudarlo el me dijo: - Tienes que irte, estoy apunto de hacer una locura, tú me traes loco.
Me acerqué lo bese, lo mordí y dije: -No es algo
que no quiera y menos teniendo algo nuestro, el proyecto, solté una carcajada y le bese la mejilla. Me arregle la falda y salí del salón.
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¿Me enamoré de mi profesor?
Ficțiune adolescențiTodas en algún momento nos hemos enamorado o al menos nos empieza a interesar un profesor bien sea en nuestra escuela, colegio o universidad y ¿por qué no gustarnos? si son personas más inteligentes, atractivas, maduras, las cuáles llegamos a admira...