El silencio reinó unos segundos antes de que el animalillo se dignara a hablar. No era nada fácil hacerlo ceder ante temas tan "interesantes" como ese. Especialmente si su "amo" se involucraba con tanto afán, que hasta su viejo libro fue a buscar, pasando noches en vela por el.
Y eso solo significaba una cosa para la ardilla. Él buscaba a alguién a quién conocía muy bien, desde hace mucho tiempo. Y haría lo que fuera para traerlo de vuelta. Aunque eso lo pusiera en peligro sí mismo.
-Nada muy importante-dijo con voz chillona, guardando un leve silencio. Movió su esponjosa cola con emoción-Un demonio-arrugó su naríz deleitandose con lo que diría-llamado Escorpio... y un ángel llamado Leo. O mejor dicho, ángel caído-rió.
El chico no reaccionó sino después de unos segundos ¿A caso había escuchado bien lo dicho por ese fastidioso animal?. Se giró con el ceño fruncido, comprobando que la ardilla no le estaba mintiendo como muchas veces antes. Pues bien sabía que tenía fama de embustera, cosa que se gano con el pasar del tiempo en el que no estuvo vigilandola.
La risa del animal no se hizo esperar ¡Esa cara! ¡Esa cara era lo que buscaba! Cuánto le gustaba hacer enfadar al chico. Podía cambiar cuerpos, pasar años y años, pero esa cara de enojo y confusión siempre permanecía.
-Lo que te digo es verdad-miró a su alrededor limpiando sus bigotes-Leo esta aquí y Escorpio... con Géminis.
El peli-verde frunció los labios. Si no calculaba mal la última ves que lo vio fue hace unos ciento veinte años, suficiente tiempo para que el sello, que le suplicó que le pusiera la última vez, se debilitara... No dudaría si lo mandara a secuestrar dentro de poco...
-Lindo silencio-comentó la ardilla al ver al chico perdido en sus pensamientos-¿En que piensas?
El nombrado solo se digno a voltearse molesto. Esa ardilla no le ayudaba en nada. Ni siquiera sabía porque aún estaba con vida, debió haberse deshecho de ella hace tiempo cuando intentó asesinarlo... Y... lo logró. Pues ¿Y ahora qué? Tenía ese diminuto cuerpo humano. Lo único que agradecía era al menos, ser humano esta vez. No como las otras veces, en las que fue un pájaro, un ciervo, un gusano... Esa no la olvidaría jamás, cada vez que lo cortaban era como si viviera y muriera el doble. Gracias a las divinas fuerzas sel cielo que eso termino. Por ahora, solo debía mantener este cuerpo y todo estaría bien. Como siempre tuvo que estarlo.
-No me dijiste nada de lo que quiero-contraatacó, volviendo a leer el libro-No me interesa Géminis, ni con quién este Escorpio o Leo, solo quiero saber dónde esta él.
La ardilla sonrió, si es que así se le podía decir a la mueca que adornaba su rostro al oír esos nombres saliendo tan familiares de la boca del chico. Si no fuera porque lo conocía, diría que nunca en su vida había oído hablar de los recién nombrados, pero lo conocía, y sabía que él conocía exactamente quienes eran, y que de seguro iría a buscarlos en cuanto se deshiciera de el.
-Como quieras-murmuró dirigiéndose a la salida. Se detuvo a unos pocos metros de esta-Él no te recordará ¿lo sabes verdad?
Esas simples palabras causaron una punzada en el corazón del chico. Se giró dispuesto a encarar a su sombra, pero fue tarde, se había ido dejando sus simples palabras flotando en el aire, como la condena de su vida eterna.
Había logrado sacar a la ardilla, pero no sería por mucho,volvería, siempre lo hacía.
Un largo suspiro salió de sus labios, estaba cansado, muy cansado para seguir... Pero por él haría lo que fuera.
Miró por la ventana frente al facistol en el que estaba el libro. Sus viejas páginas amarillentas eran iluminadas de manera tenue por la luz de la mañana ¿Hace cuánto tiempo no se daba un tiempo para él mismo? De todas maneras era eterno... Núnca tuvo nada que perder... hasta ese fatídico día.
ESTÁS LEYENDO
Interlaced [Zodiaco Yaoi]
RandomY por amor los ángeles mintieron y se convirtieron en demonios llenos de secretos. ------------------------------------ *Advertencia: Esta historia tiene contenido homosexual (chicoxchico). Si no le gusta el género, le invito a buscar otra historia...