Capítulo IV

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Una vez que Virgo se fue y los dos chicos quedaron solos una fina capa de tensión apareció en el aire. Sabían lo que se venía  pero no querían admitirlo. 

Sagitario suspiró y miró de soslayo al oji-verde. 

—¿P-pasa algo? —murmuró el rubio, sin mirarlo, al sentir la mirada del arquero sobre él. No quería parecer nervioso por la situación  pero desde que Sagitario le dedicó esa mirada antes de que Virgo se fuera no se podía calmar. Sabía que querría hablar de lo sucedido, pero él no. No se sentía listo, ni seguro hablando de ello. Algo dentro de él no se sentía bien, y eso lo estaba atormentando, como si hubiera vuelto al principio, de todo. 

Sagitario negó desviando la mirada ¿Estaba bien? Si le decía todo podía terminar...Ni siquiera Aries lo sabía, nunca se atrevió a decírselo... Solo ella lo sabía,  pero ya no estaba allí, se había ido para siempre, al igual que su hermano.

 Un sentimiento de melancolía lo embargo. El recuerdo de una mujer canosa y de lentes acariciando su cabeza se hizo presente. Era su abuela.

Tú eres especial, Sagitario—le decía—Tú ves lo que otros no ven, como yo. 

La mujer reía alegremente, pero en el fondo sabía que se sentía muy sola, demasiado sola, al igual que él en su momento.

 Trago saliva con fuerza y frunció los labios antes de dedicarle otra mirada al rubio. 

—Capricornio, después de clases...acompañame a un lugar—dijo, al fin, no muy seguro de lo que estaba apunto de hacer. 

El nombrado lo miró desconcertado. Estaba casí seguro de que hablarían de lo que había pasado en la azotea. Aunque por dentro agradecía que no fuese eso, aún tenía el sentimiento de ansiedad y nerviosismo rondando en su interior, como si le advirtiera de algo. 

La mirada desconcertada de Capricornio logró una pequeña sonrisa en Sagitario. De seguro se había esperado la tan ansiada pregunta que quería salir de su interior "¿Lo viste? ¿Tú lo viste?", pero no lo haría hasta estar seguro de ello, no quería arriesgarse a que cosas como las que antes le habían pasado pasarán otra vez. 

—¿Puedes? —preguntó, sonriendo, intentando darle un poco de confianza que ni él mismo tenía. 

Capricornio guardo silenció unos momentos, no sabía que hacer, ni que decir, pero ...¿Por qué? ¿Por qué habrá sido? Ni el mismo supo como fue que esas palabras salieron de su boca.

—Ah...yo...sí, puedo—balbuceó, no podiendo rechazarlo.

—Bien—el peli-naranja miro el piso.— Bien...—repitió.— Te veo luego—retrocedió un par de pasos antes de volver la mirada al rubio—Gracias. 

Dicho eso se fue caminando sin poder ser detenido por Capricornio, quién simplemente se quedó como una estatua viendo como se iba. ¿Por qué le agradecía? No entendía, no entendía nada de lo que estaba pasando. Y menos la actitud de Sagitario, podía conocerlo hace apenas unos años, pero sabía que en todo ese tiempo nunca se había comportado como había hecho ahora.

 —¿Qué rayos?—murmuró—¿Por qué sentí...que no lo conocía?—miro su mano intentando buscar una respuesta, que por supuesto no estaba ahí.

 Suspiro y volvió a mirar el camino por el que Sagitario se había ido, sentía una cálida aura viniendo de el. Cerro los ojos y respiro profundamente recordando la primera vez que le habló, amable, alegre... Sagitario fue una luz entre las sombras en ese entonces, siempre estaría agradecido por ello, pero ahora sinceramente no entendía nada de lo que pasaba. 

Se dio vuelta para seguir su caminó pero el sonido de una llamada de su celular lo detuvo. Sacó el aparato un tanto confundido, pues nadie que no fueran Sagitario o Aries estaban agregados, y dudaba que lo llamaran a esa hora.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2017 ⏰

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