Capítulo 8:

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Cuando me desperté por la mañana estaba atada por las muñecas y apenas sin ropa por debajo y veía a Philip mirarme con una sonrisa siniestra.
-Buenos días pequeña perra- dijo mientras me miraba- Tenía que verte antes de irme, al fin y al cabo si me han despedido es por tu culpa- dijo mientras yo intentaba soltarme con desesperación.
Yo intenté hablar pero me di cuenta de que tenía una banda en la boca que me impedía hablar y mucho menos gritar.
-¿Sabes? Me han despedido, pero mientras recogía mis cosas he pensado en vengarme a lo grande de ti- dijo mientras se sacaba de su bolsillo una navaja pequeña.
Cortó mi camiseta de pijama y lo poco que quedaba de mis bragas mientras seguía sonriendo siniestro y lágrimas se arremolinaban en mis mejillas.
-Ahora vas a saber lo que es bueno- dijo mientras me hacía un corte no demasiado profundo en la barriga a lo que  yo le miré con puro terror mientras notaba como la sangre iba saliendo.
-Lo único que has hecho aquí es meterme en problemas, putita, pero tú tranquila, que no va a pasar nada.
<<Nada bueno>> pensé mientras él me miraba sádico
Yo di un pequeño gemido notando como me hacía un nuevo corte debajo del pecho izquierdo que ya tenía desnudo y él sonrió complacido.
Mientras él empezaba a quitarse la ropa yo descubrí que una de mis manos se estaba desatando por la cuerda  y noté como,  sin preliminares ni nada empezó a penetrarme con brusquedad.
Yo me solté cuando lo noté con los ojos cerrados gruñendo y gimiendo y miré que había una lámpara en la mesilla de noche.
La cogí y se la estampe de lleno en la cabeza. Cayó inerte encima de mi y vino la jefa porque al parecer era la hora de mi cita con la psicóloga y yo no estaba.
Al ver lo que había hecho ella me quitó a Philip de encima cerciorándose de que aun respiraba, cosa que llamó a la enfermera para que lo despertara, desató la otra mano y las piernas que las tenía abiertas y me quitó la mordaza mientras me miraba disculpándose por todo, y me llevó a su propia habitación.
La habitación era enorme en tonos marrones y muy modesta con algunos muebles antiguos y me metió en el baño donde cogió cosas del botiquín y se puso a curarme ella para después preguntarme.
-¿Qué recuerdas de anoche?- me dijo mientras me tocaba los hombros cosa que a mi me repelió por completo.
-Estuve en mi cama y me dormí, solo eso- dije mientras la miraba y ella seguía tocándome.

- Se lo que el hacía, tan ilusa eres, pequeña- dijo aumentando la agudez de su voz mientras su mano que estaba tocándome el hombro bajó a uno de mis pechos- y pensabas que yo le iba a despedir, caramelito.

- Estás loca- dije mientras la miraba y me solté de su agarre y ella me dio una bofetada.

- Normalmente ellas quieren follar con Philip, es guapo y tiene polla, y si no lo hacen conmigo puesto que se complacer muy bien a las mujeres, me siento rechazada.

-Lo estás, tengo novio fuera- dije y ella me volvió a coger del brazo arañándome este en el proceso mientras yo, no se como ya que eso era cosa de mi hermana le di un puñetazo en la nariz.

-Es una pena que haya acabado la hora de la comida, estás demasiado debil y ya hasta la cena no podrás comer nada.

Le di otro puñetazo dejándola algo desmadejada y atranqué la puerta mientras le quitaba el teléfono móvil que tenía en la mesilla de noche.

Llame a mi hermana desesperada para que me ayudara y no me lo cogía cosa que era super extraño, también llamé a mi novio y una voz soñolienta habló.

-Teléfono de Johnny Seward, al habla Jimmy Sullivan- dijo el dueño de la voz y miré la hora, las 6 de la tarde.

-Jimmy, soy Kelly, necesito que vengas al sanatorio- dije desesperada corriendo hacia mi cuarto para hacer la maleta lo más rápido que podía.

No se si le daba pena o a saber pero al escucharme se serenó y dijo. 

-En 10 minutos estoy ahí- dijo y colgó.

Hice la maleta sin preocuparme de si estaba todo bien doblado y me vestí con lo primero que vi dejando el teléfono con los números de mi hermana y de Johnny borrados y acabé por salir como alma que lleva el diablo hacia la puerta.

Me estampé de bruces con Jimmy y al ver su rostro, conocido para mi, me puse a llorar en su hombro abrazándole. Él, al principio, se notaba super incómodo pero me siguió el abrazo ya que creo que sabía que esa era la forma de consolar a alguien.

- Solo es rehabilitación, no el infierno- dijo riéndose de mi.

-Es el infierno, el enfermero me violó, al menos solo han sido un par de estocadas pero me desperté esta mañana atada de brazos y piernas. El enfermero quería intercambiar sexo por droga y me negué anoche, incluso me quejé a la directora y pensé que  solo quería venganza pero la misma directora se propasó conmigo. He llamado a mi hermana pero no me coge el teléfono y no se como tienes el móvil de Johnny.

Jimmy al escucharme cogió mi maleta y la dejó en el asiento de atrás para gritarme que subiera al coche de una vez o los mataba. Teníamos una charla pendiente pero ya se haría, cuando pudiéramos y cuando dejara de llorar.

- Tenemos que hablar, te debo una disculpa- dijo mientras ponía el coche en funcionamiento- el video era antiguo, de poco antes de que rompiéramos y no se como diablos te lo ha pasado o como ha descubierto tu teléfono y no me importa, solo quería que supieras eso.

- Yo estoy con Johnny, era mi mejor amigo desde hace años- dije mirándole.

- Era tu proveedor- dijo mirándome.

-Era mi amigo, el mejor que he tenido en la vida- dije mirándole cabreada- ha dejado el negocio.

- Eso me dijo, que lo dejaba por ti- dijo con una pequeña sonrisa, solo espero que te cuide.

- Lo hará- dije mientras lo miraba- llevame a su casa- dije mirándole.

- Así le devuelvo el teléfono.

Fuimos silenciosamente hasta llegar a su casa y me dejó en la puerta con el teléfono en la mano, sacó la maleta que llevaba y fui a la puerta para tocar. 

Me abrió y al verme una sonrisa se le iluminó mientras me abrazaba y yo me puse a sollozar en su hombro y él me abrazó, le conté toda la historia y él me escuchó, aunque se enfadó demasiado cuando nombré a Philip, tanto que quería incluso partirle las piernas, pidió mi pizza favorita para cenar ya que habían pasado como dos horas y me dio un beso cargado de amor que hizo que me sintiera en casa.

Cenamos entre bromas puesto que no él no quería que estuviera mal y por supuesto cuando hablaba de Cherry me esquivaba.

Me puse el pijama que llevaba en la maleta y me dormí en su cama al poco tiempo, cuando sentí que me abrazaba para dormirse él también.

MezmerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora