Mezmer

Capítulo 9

Esa noche había sido completamente intranquila sin poder dormir, por eso cuando me desperté bastante a las 1 o así de la madrugada intenté que no se despertara Johnny pero unos ruidos muy fuertes de la puerta hicieron que bajara las escaleras de cinco en cinco mientras que yo me quedaba en el sofá. 

Vino mi hermana y por las pintas que llevaba sabía que algo muy chungo le había pasado, iba descalza, llena de moratones por todos lados y con el pelo cardado estilo ochentas, pero demasiado desarreglado, lo que se dice pelos de loca. Me levanté corriendo y ambas nos abrazamos

-¿Qué te ha pasado?- dijimos las dos a la vez cuando nos separamos pero volvimos a abrazarnos con fuerza y escuché un siseo proviniendo de la boca de mi hermana aunque yo sabía quien era el único malnacido por el cual mi hermana podría estar de esa forma, eso significaba que el hijo de puta de Will había regresado.

¿Will?- dije algo asustada pero me podía más la preocupación por la forma en la que estaba mi hermana.

- Max, Norman y... Will- dijo en un susurro como si le costara hablar por eso.

Recordaba cuando la violaron por primera vez, claro que eso fue cosa de Will solamente, recuerdo que tenía que dormir con ella, asustada de que cometiera alguna locura, básicamente fuera de mis miles de problemas yo muchas veces parecía ser la madre de las dos y la vigilaba con lupa, tanto que yo me llevé unos cuantos "déjame en paz, pesada" de su parte.

- La maldita clínica- dije mientras la miraba sollozando, yo no es que hubiera vivido en un lecho de rosas toda mi vida pero al menos no tenía tanta mierda como ella con eso de las peleas ilegales.

-Jamás debiste ir- dijo mientras me regañaba- yo puedo protegerte- dijo aunque eso me enfadó un poco porque había que mirarla para saber que sus protecciones como ella decía no salían nada bien.

- No puedes protegerte ni a ti misma, ¿cómo lo harás con los demás?- dije con una expresión triste, sabía que hacía mal en decirle eso pero sabía de sobra que tenía razón.

Noté como Johnny me abrazó y me arrastró al dormitorio de nuevo y en el suelo me tropecé con algo, se me había quedado enganchado y yo lo cogí. Noté unos gritos provenientes de abajo y supe que me había quedado sola con él.

¿Qué cojones hacían unas bragas que, por cierto no eran mías para nada porque eran de encaje baratucho en la casa de Johnny? No dije nada y me las guardé en el bolsillo del pijama. Tenía que averiguar de quien eran.

Johnny me besó con dulzura y yo me derretí en sus brazos mientras acariciaba suavemente la dura cresta que conformaba su pelo. Tanto que incluso me olvidé de quien sería esa tipa o si me había puesto los cuernos como aseguraban esas bragas rotas.

Me acostó a su lado y se durmió conmigo abrazada a él. Me levanté en plan Sherlock Holmes para mirar su teléfono y vi que tenía algunos videos. Le quité el sonido y lo que vi me dejó loca.

Vi a Johnny follandose a una tipa que me había cruzado alguna vez cuando iba a por coca mientras hacían cochinadas varias cada cual más asquerosa que la anterior como por ejemplo que Johnny se orinaba encima de la chica y esta lamía y se restregaba por todo su cuerpo los fluidos de él. Mi enfado fue a peor cuando vi la fecha de cuando se hizo el video. El mismo día de mi encierro en la clínica, después de haber perdido la virginidad con él me lo pagó con otra y haciendo cosas asquerosas.

También vi numerosos mensajes de estos días bastante eróticos con guarradas mil y entonces se me ocurrió mi pequeña venganza.

Eso no se podía quedar así, bajé a la cocina a por agua congelada a la que le puse algunos hielos y subí con una jarra de dos litros hasta arriba de agua helada del frigorífico y hielos.

Vi que seguía de la misma forma roncando suavemente así que con toda mi mala leche y mi locura le descargué toda la jarra de agua helada y hielos por la cara.

Él se despertó de un susto soltando incluso agua por la boca mirándome enfadada y yo le solté.

-Ya se que no es orina, pero supuse que te gustaría.

-Sabes que un teléfono es privado, ¿Verdad?- dijo mientras se levantaba y me miraba con una mirada asesina.

- Mira guapito- dije enseñándole las bragas- tu perrita se las dejó aquí, acuerdate de lavárselas y dárselas, y dale las gracias de mi parte, me he dado cuenta de que calaña eres.

-Nena, te lo puedo explicar- dijo mientras me miraba con esa carita suya de perrito mojado que antes de ese momento me tenía tan loca.

- Ni nena ni pollas, no me vas a explicar nada, no te creo- dije mientras cogía mis maletas y bajaba por las escaleras a pasos agigantados.

Johnny me seguía mientras balbuceaba cosas y noté como mi corazón se rompía por momentos cuando abandoné su casa llorando con todas las maletas.

Estaba andando en dirección a mi casa, recuerdo que yo y mi hermana teníamos un par de copias desperdigadas en sitios donde solo las podíamos encontrar nosotras como en la casa de la piscina, ahí en una especie de caja fuerte teníamos una copia de las llaves y la otra estaba tras la maceta enorme de la entrada.

Podría acabar con mi vida en ese mismo instante, todos lo superarían, o algún cocktel explosivo que acabara conmigo. Mientras me debatía que hacer un coche paró y al reconocerlo me monté sin pensarlo. Al ver que temblaba, Jimmy, que era el conductor e iba solo, al parecer, no arrancó y me abrazó con fuerza para que toda la mierda se disipara.

-No se que ha pasado, pero puedes contar conmigo.

- A Johnny le gusta mucho la lluvia dorada y esas mierdas, he visto las bragas de la última pilingui que se ha follado- dije entre lágrimas.

-Se lo dije, le dije que si quería estar contigo que no la cagara en ese estilo y mira, eso le pasa por no hacerme caso.

-Todos lo sabían menos yo- dije mientras temblaba de pura rabia y porque aun seguía con el mono de la heroína.

-Ya pero pensaba que había cambiado- dijo Jimmy mientras me dejaba en la puerta de mi casa y se iba para la suya- buenas noches Kells, mañana hablaremos.

-Hasta mañana- dije en un susurro mientras lo veía meterse a su casa.