Pobre niña rica. Capitulo 2.

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Capitulo 2:

Cuando volví a mi cuarto la novia fugitiva estaba despierta. Estaba nerviosa, sin atreverse a hablar. Me miraba de reojo con las mejillas encendidas. Que extraña es. Puede ser tan inocente, y tímida, como fogosa y libertina. Quiero conocerla mas. Quiero saber todo sobre ella.

Le dije para romper el silencio y la incomodidad.

— Iré a devolver la limusina. Volveré mas tarde. Quedas en tu casa. Te veré mas tarde. Mira, te traje algo de ropa. Ve que puede quedarte bien. Si tienes hambre en el refrigerador tengo comida preparada. Solo debes calentarla en el microondas. ¿Sabes usarlo?. Sino me esperas y comemos juntos.

— Te esperare. Gracias. Gracias por ayudarme a huir. Y por darme una mano permitiendo que me quede hospedada en tu casa. No tengo como agradecerte.

— No hace falta que me agradezcas. Después cuando vuelva. Si quieres me cuentas algo sobre ti.

— ¡Espera!. Antes de irte. ¿Puedes ayudarme a quitarme este vestido?. Sola no podré.

— Claro. Permíteme.

Ella se levanto de la cama. Camino con la cabeza gacha y me dio la espalda. Le ayude a bajar el cierre del vestido con lentitud. Mis dedos rozaron la piel de su espalda. No pude evitar excitarme. No es nada común ayudar a desvestir a una novia.

 Di gracias al cielo por ser yo quién le ayude a quitarse el vestido de novia y no el novio que quedo plantado en la iglesia. Pobre tipo no quisiera estar en sus zapatos.

El vestido de novia cayo a sus pies, mire con lujuria el body sexy y blanco, a sus ligas, a sus curvas, y a sus piernas. Que mujer tan sexy. Es preciosa y deseable. 

Desee quedarme en mi habitación para poder seducirla y tener mas sexo con ella, pero me aleje a mi pesar. Debía darle su espacio. No puedo permitir que mi libido fuera de control gobierne todos mis actos. 

No quiero tratarla como si fuera un objeto sexual y saciarme de ella como si fuera un animal salvaje en celo. Ya lo hice y por hoy no mas. 

Me dije— ¡contrólate Sou!.

Cambio de narrador:

Ese hombre desconocido se fue y yo me quede sentada en su cama, mirando la ropa de hombre sencilla que me dejo para ponerme. Jamás me he puesto jeans, ni poleras. Pero con gusto me dispuse a terminar de desnudarme y elegir la ropa que me pondría. Busque luego el baño en el pasillo y me di un agradable baño en la tina con agua tibia. 

Me seque el cuerpo con una toalla y cubierta con la misma toalla me mire en el espejo. Por primera vez en mi vida mire mi reflejo y me gusto ver a una mujer con los ojos brillantes, con las mejillas sonrosadas y con una sonrisa de alegría. 

No me sentí rara, ni incomoda en esa casa extraña, ni me arrepentí de ese arrebato de pasión que me llevo a tener sexo con ese chófer. 

Fue el mejor sexo que he tenido. Me desconocí a mi misma. Jamás actúe con tanto descaro, libertinaje y sin recato.

 Recuerdo cada beso, cada caricia, cada sensación y me siento excitada otra vez, con mas ganas de él. Recuerdo aún su sabor, su aroma, su calor y el placer tan tremendo que me brindo. Es un hombre sensual, hermoso, seguro de si mismo, amable, gentil, con un cuerpo fuerte, fogoso y perceptivo. Su aroma y sabor es lo mas delicioso que he probado. Además me encanta su voz.

 Es un hombre con el cual una se siente cómoda. Como si se conociera de toda la vida, aunque acabas de verlo. Te mueres por saber mas sobre él y estar mas tiempo a su lado. Sus ojos pueden ser muy expresivos. Su sonrisa es dulce, y cálida, y otras veces seductora, traviesa y perversa. 

Pobre niña rica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora