Pobre niña rica. Capitulo 6.

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Capitulo 6:

Deje a mi hijo en el suelo frente a la sala de estar. Busque mis DVD con mis show en vivo, los cuales veo, por que a decir verdad soy mi propio fan, además al verme veo que debo mejorar. Me animo y me exijo mas que nadie a la vez.

Para ser el mejor debo ser el mas duro critico de mi trabajo.

Busque los micrófonos para el karaoke, porque con mi manager solemos cantar, beber y jugar en mi departamento. Ahora que soy artista. La fama me quito la libertad. La fama no me permite la libertad que tenia antes para salir a la calle y hacer las cosas que hace la gente común.

Esa libertad de andar por la calle sin presiones y sin acoso es algo que extraño.

Por Ruy comencé este camino de la fama, pero hoy amo a mis fans. Adoro estar sobre el escenario y hacerlas felices cantando, y bailando para ellas. Quiero a esas personas. Las valoro y deseo ser cercano, y envejecer junto a ellas también. Quiero ser su guía, su maestro.

 Creo que nací en este mundo para dar lo mejor de mi a los demás.

Conecte los micrófonos y le pase uno a mi bebé precioso. Que feliz me siento. Desde hace tiempo deseaba tener un hijo varón y ser su chingu, deseando salir a recorrer locales nocturnos juntos, y ser muy cercanos. He deseado convertirme en un buen amigo, en un confidente, en un alcahuete de un hijo mío y resulta que lo tengo. ¿No es grandioso?. 

Cante, baile y vi orgulloso a mi hijo riendo, y saltando como yo. Sae sabe las letras de mis canciones e imita mi forma de bailar.

El niño tiene talento, tiene voz, tiene encanto, posee carisma, y ángel. Saco mis talentos incrementados por dos. Me sentí derretido de amor por él. Pensé que no podría amar a nadie como amo a Ruy, pero en un par de horas me di cuenta que estoy baboso por mi hijo.

Cansado deje a Sae continuar mirando, bailando e imitando mis shows. Yo me fui a la cocina a buscar refrescos, pero no tengo algo adecuado para un niño. Así que busque fruta. Piña, mi fruta favorita. La pique y la puse en la licuadora para hacer jugo natural para mi fan número uno. Volví al living con el vaso de sumo para Sae. Sonreí de oreja a oreja viéndolo bailar un baile sexy. De pronto él me miro. Dejo el micrófono caer al suelo y corrió en mi dirección. Me dijo mas que feliz.

— ¡Papá!.

El vaso se resbalo de mi mano derecha y se hizo añicos contra la cerámica del piso. Temblé y me puse pálido. Lo mire con ojos desorbitados, él me miro asustado. 

Con las piernas temblorosas me agache frente a él y le dije.

— No te asustes chingu. 

Si, soy tu papá. Tú eres mi hijo. Eres sangre de mi sangre.

Lo tome en brazos. No podía dejar de temblar. Quise llorar de rabia. Quise gritar de dolor. Maldición, maldición...... Mierda. ¡¿Por qué Ruy?!.

Lo sabias y se lo dijiste a Sae. El sabe que soy su papá. Hiciste que me quiera, pero yo. Yo no sabia que tenia a este angelito. Me perdí de amarlo mas de dos años.

Camine para allá y para acá con él en brazos. Lo mire de pronto y él me beso en la cara porque me vio llorar.

— ¿Por qué lloras papi?.

— Lloro porque te quiero hijo. Te prometo que. Nunca te iras de mi lado. Nunca, nunca volveremos a estar separados. Papi Sou te quiere.

El se rio y me abrazo fuertemente por el cuello, me dio un beso tras otro en la cara. Lo acune en mis brazos y camine llorando con lágrimas silenciosas. El se quedo dormido, agotado de tanto bailar y cantar.

Pobre niña rica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora