Los besos eternos que se terminaron ━ j.hs+k.th

NUESTRO TIEMPO, NUESTRO UNIVERSO

TaeHyung ponía escalofríos en mi piel en todo momento. Incluso, con solo escuchar su nombre entre líneas dispersas por los puntos del aire. Su nombre, el que tenía ese sabor dulce en la boca cuando lo decía, o… bueno, Taehyung era sin dudas un ser perfecto, que hasta su nombre lo era. Ese nombre que quedaba combinado tan bien con quien sea, y no me molestaba.

Taehyung era maravilloso, espléndido, podría tener a todos los chicos y chicas que quisiera; a todos los amigos que necesitara, pero, por alguna razón, él solo me quería a mí.

A menudo me decían que yo estaba cargado de esperanza, con mi mirada. Lo que no sabían es que mi pequeño, mi Tae, era quien me daba cada una de mis esperanzas.

En nuestra historia hubo tropiezos, como cualquier otra.

Pero siempre estuvo ahí, siendo mi esperanza.

Era el primero en decirme que tan hermoso era a sus ojos, que tan maravilloso era en su corazón y que tan enorme era en su historia. Taehyung, solo él, repitiendo todo lo que quise escuchar sin siquiera saberlo.

Yo no era nada fuera de las carreras, en la secundaria apenas y me conocían, y no es como si lo necesitara, no quería a miles de personas detrás de mí, porque con Taehyung era suficiente, y siempre sobraba. Sobraban caricias, besos, abrazos, sobraba intimidad, risas. Con Taehyung eran miles de veces el infinito, y siempre había para más.

Taehyung era suficiente en mi historia.

Nuestra historia era mucho, llena de vida, de alegría, ternura y también dolor. Porque nosotros éramos esa mezcla más extraña de todo, en partes iguales y en diferentes momentos.

Taehyung sigue siendo esa chispa en la vida de todos, en la mía; cuando lo escucho reír aun en día, siento lo mismo que antes. Lo de siempre.

Y, si en algún momento pensé que podría manejarlo, lo siento, me equivoque.

Cuando el amor desborda, es perfecto. Cuando la angustia se aglomera, es perdición.

Tal vez nuestro error fue ver mas allá de lo que podríamos. Imaginar nuestra vida mientras nos tendríamos en las capas de nieve, o vernos sin acabar en los veranos. Tal vez nos precipitamos a mucho, cuando no llegaríamos a ser nada.

Éramos partícipes los dos de esa guerra constante del amor.

Hicimos orgullo en nuestras familias. Un orgullo que podrá vencernos. No ese orgullo de la victoria, no, era ese orgullo del odio.

Nuestras familias jamás se entendieron, pero por alguna razón: nos aceptaron. Aceptaron a Taehyung como mi novio y mi vida.

Desconocíamos el sufrimiento detrás de nosotros.

Debimos de abrir los ojos a la primera, porque, mi amor, no todos eran felices con nosotros.

Mis padres no venían siendo un ejemplo correcto, y la prueba era yo. Siendo un chico para nada correcto. Y los tus padres, siendo tan atentos a todo y con modales. La prueba eras tú. Quien pensaba ir a una de las mejores universidades de Corea, graduarse y tener una vida conmigo.

Con quien menos merecias.

Nunca te escondí, cuando nos hicimos novios, casi toda la secundaria se enteró al día siguiente. Los murmullos y felicitaciones llegaron, y yo me sentía feliz y completo.

Pero la gente nos mentía al decir que nosotros éramos tan perfectos juntos que seríamos para toda la vida.

Y nosotros nos mentimos al creerlo.

Creo que… Amarte fue de las cosas más maravillosas del mundo. Y lo puedo asegurar cuando te abrazo, te saludo o nos la pasamos hablando toda la noche cuando nos vemos. O lo siento aun cuando te veo reír mientras jugamos de vez en cuando con nuestros amigos.

Pero a veces otros nos buscan tan desesperados como si fuéramos satélites perdidos, buscando una respuesta. Y nosotros mismos, a veces ni sabemos qué ocurre.

Taehyung, ¿recuerdas cuando me preguntaste mil veces por qué?

¿Por qué así? ¿Por qué ese día? ¿Por qué fui lindo contigo?

Te diré la respuesta exacta que pensé, pero no te di.

Mereces el sol, mereces memorias, luces, un libro infinito. Taehyung, merecias el baile más escalofriante en tu piel, merecias Venus y las estrellas. Mi amor, merecias el infinito y más, algo del universo.

Mi respuesta. Eso.

Porque te demostré con amor nuestro final.

Por nosotros y lo que quedó.