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Me encontraba caminando por el shopping sin saber que regalarle, Sarah era de las que siempre lleva cosas a la moda así que no le hacía falta nada de ropa por lo que se me ocurrió regalarle algo que siempre quiso. Nada de ropa sino un perro. 

Mi amiga siempre había querido tener un perro, pero como era consciente de la gran responsabilidad que eso sería decidió que no era buena idea y que se le iba a ser difícil cuidarlo. Pero yo como su amiga quiero que tome esa gran responsabilidad y que crezca como persona y si para eso necesita de mi ayuda siempre estaré. 

Cuando llegue al lugar donde adoptaría el perro decidí que lo escogiera una de las que atendía porque supuse que ella al tener experiencia se le daría mejor, la chica me obedeció por lo que se retiró del mostrador y se dirigió a donde se encontraban todos aquellos perros y consigo trajo a un pequeño pug de pelo suave y brillante de color negro. Me lo dio para que lo tuviera mientras ella me registraba como la propietaria. 

Luego de que todo estuviera listo le compré varias cosas y me retiré del lugar con aquel lindo perro en mis brazos. 


Buscando mi propio final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora