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Apretó su paso por los pasillos, llevándose momentáneamente la mano derecha al collar en su cuello, sintiendo sus piernas protestar por el sobre esfuerzo.

Las personas a su alrededor le miraban pero no se detuvo a reconocer si con asombro o con otros motivos.

Pero cómo hacerlo, él era un rapero bastante reconocido y el que se apareciera en aquella clínica en pijama, usando pantuflas, medio despeinado, totalmente desalineado y sumándose a esto que tenía las sábanas marcadas en su lado derecho de la cara, llamaba la atención de más de uno. Aún así, a él le importaba poco.

Con una leve inclinación, agradeció a la enfermera que lo había guiado hasta la habitación y le permitió que ingresará a la misma.

Inmediatamente, en cuanto puso un pie dentro, trató de mantenerse calmado, algo que fue en vano al ver al rubio sobre la camilla totalmente inconsciente; y al lado de él, una enfermera apuntando algo en un anotador.

De a poco se acercó aportándole poco la mirada sorprendida de la enfermera y puso una mano en la mejilla de su mejor amigo, notando lo fría que estaba a su tacto.

Normalmente el rubio era de por más arisco y constantemente discutía con él por todo, por eso ahora que veía un Min YoonGi totalmente calmado y amansado, sin dudas, no le gustaba para nada.

Ese no era, como él lo llamaba y lo molestaba, Min-gatito furioso-YoonGi.

Ahogó un suspiro cargado de angustia y tomó asiento a su lado, sobre una silla que había allí. Sabía que algo le estaba sucediendo.

Había sido el primero en notar aquel cambio repentino que amenazaba con un posible diagnóstico de bipolaridad, cuando hacía un tiempo, un sonriente y deslumbrante YoonGi atravesó la puerta del estudio pidiéndole amablemente que ingresara a la sala de grabaciones para poder comenzar con las nuevas canción de su nuevo álbum; para luego verlo cruzar por misma puerta días posteriores con una cara de pocos amigos y con ojeras más oscuras que las de un panda.

Inmediatamente supo que algo le fuerte había pasado y le preguntó más de una vez que le sucedía e inclusive lo había amenazado si no le decía la verdad, pero el rubio alegó que no le pasaba nada.

Él sabía que Min era totalmente cerrado cuando algo grave lo atormentaba y tenía un amplio conocimiento de que el rubio siempre se las apañaba él mismo para resolver lo que le molestara, sin ayuda, pero el castaño sospechaba que esto era algo más grave que no poder terminar una canción a tiempo.

-¿Qué le pasó? ¿Cómo está? - cuestionó con su voz cargada de preocupación hacia la enfermera. Había llegado al lugar solo sabiendo que su mejor amigo había tenido un accidente, no tenía ningún detalle del incidente.

-El guardia de seguridad dijo que se desmayó cuando salió del trabajo... Está algo anémico, al parecer se sobre-esforzó y colapsó, pero ahora está estable. - habló la enfermera explicando además el procedimiento que habían empleado en el rubio, ya que por el golpe, Min había resultado con una mínima herida en la cabeza.

Asintió con una sonrisa agradecida, que más que eso salió como una mueca y cerró sus ojos unos minutos apoyando su espalda en el asiento, mientras tocaba el collar en su cuello y lanzaba una plegaria.
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-Mocoso...

Abrió sus ojos de inmediato al escuchar aquella grave voz característica de su hyung y sonrió cuando lo encontró sentado en la camilla, totalmente despierto.

-YoonGi hyung... -su voz se quebró y un indicio de puchero apareció en su rostro. El mayor sonrió con pereza y abrió sus brazos recibiendolo de inmediato entre los mismos. -¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? -cuestionó al separarse, mostrando su preocupación.

(EN EDICIÓN)  INSOPORTABLE «JUNGKOOK X YOONGI»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora