Alma gemela

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                     "El amor consiste en sentir que el Ser Sagrado late dentro del ser querido"
Platón.

Amaba a Russel. Me encantaba estar a su lado, platicar sobre la vida, música, o cosas banales.

Faltaban quince días para que nuestra promesa fuera cumplida, pero por el momento estaba en su casa, mejor dicho en su cama.

—¿Entonces será esta la que ocuparemos? —Me preguntó, mirándome rápido. Creo que aún sentía algo de pena, a pesar que llevábamos saliendo desde hace un mes.

—Yes, my love —Respondí con gracia, ya que me gustaba ver cómo reaccionaba—. La letra es lo que pensamos del mundo actual. Deberemos usar un tono rudo cuando la interpretemos.

—Entiendo —Me devolvió la hoja.

Él estaba acostado en el colchón, mientras que yo preferí sentarme cerca de él.

—Bueno, Russ. Debo irme —Me incliné y le di un corto beso en los labios—. Se me ha hecho más tarde de lo normal.

—Del, puedes quedarte. Hoy no habrá nadie, mi tío dijo llegaría hasta mañana—Lo miré divertido, a lo que él inmediatamente se explicó—: Lo digo porque sé que las calles a esta hora son peligrosas. No pienses mal, viejo.

Fue inevitable no soltar una risita. Russel Hobbs a pesar de ser tranquilo, muy educado y se portaba como un adulto, seguía siendo muy inocente. Pero claro, no le culpo, después de todo soy más grande, bueno, tampoco es que sepa más que él. No es que le llevara por tantos años.

—Ok, man. Acepto quedarme. ¡Pido la orilla de la cama! —Lo empujé para que se moviera.

—Mañana saldremos con los demás, ¿verdad? —Preguntaste mientras te abrazaba con el brazo derecho.

—Exacto. Dicen que quieren oír nuestra interpretación antes que nadie más —Acomodaste tu cabeza en mi pecho—. Iremos en el carro de Elton. ¿Puedes creer que fue el primero de nosotros en tener un vehículo? ¡Trabajar le hace bien!

Reiste por lo que dije. ¿Sabías que amaba verte feliz? Por ello, cada vez que podía, decía o hacía algo gracioso para ti. Sin darme cuenta, y como un acto inconciente, te tomé del rostro para que me miraras. Te besé.

No era la primera, ni la segunda, ni la séptima ocasión que lo hacíamos.

—Russel, te amo tanto —Dije entre besos.

—Y yo a ti, Del.

Te fui acomodando de cierta manera en que tuve más accesibilidad a ti. Mis labios bajaron por tu cuello.

—Del~

Mordí tiernamente. Era la primera vez que estábamos de manera tan íntima. Un calor se apoderó de nuestros cuerpos. Comenzé a quitarte la playera que traías puesta. De poco en poco las prendas de ambos estaban en el piso...

Reconozco que esa noche jamás la podré olvidar. Se quedó marcada en mi mente. Nuestros cuerpos habían pedido más y más del otro.

Tantos años que te conocía, y esta fue la primera vez que te vi de esa manera; excitado. Realmente me provocaste lo mismo...

La noche nos cubrió con su mando de estrellas. Tu corazón latía con fuerza. Tus expresiones de placer eran tan tiernas. Me pregunto, ¿qué pensaste de las mías?

 Me pregunto, ¿qué pensaste de las mías?

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Íbamos en el auto de Elton. Llovía fuertemente. Decidimos bajar en una tienda 7-eleven. Compramos algunas cosas para beber, frituras y unos cuántos cigarros.

En cada momento que tenía la oportunidad, te sonreía. O aprovechaba para rozar tus dedos.

—Bueno, chicos. Debemos irnos rápido hasta el coche —Dijo uno de nuestros amigos. Los otros dos estaban en el auto, los flojos nos dejaron las compras y prefirieron quedarse en el cómodo lugar que los cubría de la lluvia.

—Francis, te aseguro que los tontos no tendrán bebidas —Me quejé a manera de broma.

—Jajaja. Sería mejor para nosotros tres, tendríamos más alcohol —Salió de la tienda.

Me puse bien mi sudadera, al igual que  Russel. Corrimos hasta el auto.

El motor se prendió y comenzó nuestro viaje por la carretera. Todos decíamos bobadas y nos preguntaban a Russel y a mí que cómo nos sentíamos por la competencia que se llevaría acabo dentro de dos semanas.

De pronto me percaté de que nos seguían... Eran un grupo de sujetos con los que teníamos problemas; llevaban puestas unas capuchas de color rojo. Elton también se percató de ellos, por lo que aceleró.

Estaba preocupado por ti. Sujeté tu mano, Russel. Y de un momento a otro se oyeron fuertes disparos, todos apuntados a nosotros.

—¡Del!

Oí tu voz profunda... Me volteé a verte, estabas con las manos en la cabeza y los ojos cerrados.

Dolor...

Caí...

Mis ojos te veían y mi mano trató de alcanzarte...

No quería morir. Aún no.

Mi corazón se detenía lentamente. La lluvia de balas cesó. Antes de dar el último suspiro de vida, alzaste el rostro; viste algo que te dejó en shock, y más aún cuando notaste la escena de tus amigos muertos.

El último pensamiento que tuve, fue dedicado a ti: "Adiós, mi alma gemela"

Y cuando creí que todo acabó para mí...
¡Vi lo que una vez fue el cuerpo donde habité!

Sentí, de pronto, como era absorbido por algo... ¡Por ti! La fuerza era fuerte. No podía evitarlo.

Esa noche fue la primera vez que viví dentro de tu ser.

RITMO VACÍO (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora