…Cuando el policía estuvo a su altura, bajó de la moto y se acercó a Alma. Llevaba el casco puesto, así que Alma no podía verle la cara.
- Buenas tardes, señorita – le dijo – Veo que lleva una luz estropeada.
Alma se extrañó:
- No puede ser esta mañana funcionaban todas perfectamente – alegó.
- Pues ahora no, señorita. ¿Me puede enseñar su carnet de conducir y los papeles del coche?
- Claro.
Alma buscó en la guantera y sacó los papeles para mostrárselos. El policía los miró y luego dijo:
- Este carnet está caducado.
- No puede ser – alegó nuevamente Alma.
- Salga del coche, por favor – le pidió el policía con tranquilidad y firmeza.
Alma sin saber por qué obedeció, por un segundo pensó que quizás aquel policía…Salió del coche y el policía volvió a indicarle.
- Apoye las manos sobre el capó y abra bien las piernas.
- … Pero yo… - trató de protestar Alma.
- Cállese y deje actuar a la policía.
Alma empezó a sentirse preocupada. El agente empezó a palpar su cuerpo como si buscara algún tipo de arma, primero sobre la ropa pero cuando descendió a las piernas, lo hizo sobre la piel y fue ascendiendo por la desnuda pierna despacio, convirtiendo el paleteó en una caricia suave que hizo estremecer a Alma. Y entonces empezó a darse cuenta de lo que estaba sucediendo, y cuando los dedos del policía rozaron su húmedo clítoris lo supo. Era él, era su amante misterioso, estaba casi segura y aquella la última fantasía que le quedaba por convertir en realidad. Luego el policía le acarició la otra pierna, llegando de nuevo a su sexo, donde rozó con mucha suavidad la vulva. Alma se estremeció.
- Bien, señorita, ahora dóblese sobre el capó, por favor.
Alma obedeció, no sin antes protestar nuevamente siguiéndole el juego a su amante:
- Pero señor, yo… le juro que no he hecho nada.
- ¡Shhh, cállese! – Le ordenó el policía, dándole una sonora palmadita sobre su nalga derecha, que la hizo gimotear ,y a continuación diciendo: - Veamos que hay por aquí – le subió la falda por encima del culo dejándolo desnudo.
Alma sintió el aire rozar sus nalgas y eso la excitó. Estaba a mil, no veía el momento en que él la haría suya allí mismo, en medio de aquella carretera y encima del capó del coche.
- Separa bien las piernas – le ordenó el supuesto policía, nuevamente con firmeza.
Alma lo hizo. Se sentía abierta y expuesta a aquel semiextraño que en los últimos días le había dado los mejores momentos sexuales de su vida, tenía ganas ya de saber quien era, y estaba segura que tras aquella última fantasía hecha realidad lo descubriría. Su amante, palpó su sexo, lo sobó y masajeó a su antojo haciendo que Alma se estremeciera. Introdujo dos dedos en él, jugueteó con estos en el interior de la femenina vulva, los sacó, los llevó hasta el ano y tras introducirlos volvió a juguetear con ellos utilizándolos como un pequeño pene. Alma gemía ya, mientras se dejaba hacer, llevaba la chaqueta abierta, lo que hacía que sus senos sintieran el frío del capó a través de la tela de la fina blusa, aunque poco a poco este iba calentándose al mismo ritmo que su cuerpo, que estaba a punto de convertirse en una tea ardiendo.
- Estás caliente ¿eh, putita? – Le preguntó el policía a la chica.
Esta ni siquiera pudo articular palabra, solo afirmó con la cabeza.
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EL AMANTE MISTERIOSO
RomansaAlma entra en el almacén en busca de una cinta que le ha pedido su jefe, allí es sorprendida por un hombre que le hará el amor sin que ella sepa quien es.A partir de ese momento, ese hombre tratará de hacer realidad todas y cada una de las fantasías...