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Yoongi iba caminando por el pasillo de la escuela, tenía que ir a la dirección pero no pasaría nada si daba otra vuelta, solo quería poder ver un ratito al pelinegro, paso justamente frente al salón de este, trató de encontrarlo con la mirada pero solo ubico a los ruidosos de sus amigos, el pelirrojo y el castaño, suspiro decepcionado, ¿Desde cuándo necesitaba ver tanto a SeokJin?, ¿Acaso ya no le bastaba solo verlo durante una hora en la biblioteca?.

Era tan extraño, cómo día con día sentía más la necesidad de verlo fuera de la biblioteca.

— Suga — susurraron al oído del rubio, quién se estremeció ante ello, sintió su piel erizarse, sabía muy bien a quién le pertenecía esa voz, se alejo rápidamente sintiendo como sus mejillas se calentaban pero se puso el doble de rojo al ver la sonrisa de Jin, esa hermosa sonrisa, sí, para que negarlo, era hermosa.

— ¿A donde vas?, ¿buscabas a alguien? — pregunta Jin, y Yoongi juraría que con esa sonrisa podía matarlo.

Era un pensamiento absurdo pero sentía que una simple sonrisa de esta persona podría ocasionarle muchas emociones a tal punto de sacarlo del juego.

— S-solo pasaba por aquí — respondió evitando la mirada del pelinegro.

— Vengo de la dirección, escuché de parte del profesor Sung que estas mal en su clase — Jin se veía preocupado, con esas arrugitas entre sus cejas que lo hacían ver lindo. — Ese profesor no se tienta el corazón en reprobar a sus alumnos.

— Oh... siempre lo he estado así que... decía Yoongi pero Jin lo interrumpió rápidamente.

— Te ayudaré a estudiar, si pasas su clase al menos con ocho, te prometo que te daré lo que tu quieras — con una gran sonrisa Seokjin dijo.

— No necesito nada, ya te dije que no me importa, un seis no es tan malo — respondió Yoongi encogiéndose de hombros.

— ¡No se diga más!, cuándo nos veamos en la biblioteca prepárate — Jin se metió a su salón con una amplia sonrisa.

Yoongi no podía decirle que no después de haber visto esa sonrisa.

Jin estaba sentado en su habitual lugar de la biblioteca, observaba su reloj cada cinco segundos aunque de nada servía, era extraño, el rubio llegaba tarde y antes no lo había hecho además cuando se vieron en la mañana no le dijo nada

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Jin estaba sentado en su habitual lugar de la biblioteca, observaba su reloj cada cinco segundos aunque de nada servía, era extraño, el rubio llegaba tarde y antes no lo había hecho además cuando se vieron en la mañana no le dijo nada.

— ¿Que debería enseñarle primero? —se pregunto Jin revisando sus apuntes y libros, reviso su hora una última vez riendose de si mismo, no por qué observara el reloj la hora iba a cambiar rápidamente pero solo deseaba ver a Yoongi, no sabía desde cuando pero una de sus personas favoritas eran Suga.










Yoongi llegó a la biblioteca, venía literalmente corriendo, unos idiotas se cruzaron en su camino y tuvo que detenerlos, no queria hacer esperar al pelinegro pero quienes hablaran mal de Jin no se quedarían como si nada. Entró agitado a la biblioteca, silenciosa como siempre, su mirada rápido se enfoco en esa hermosa persona, ahí estaba él durmiendo.

— Y siempre me decía que no me durmiera yo... es un tonto — menciona Yoongi sonriendo, se acerca lentamente, era la primera vez que podía mirarlo así, sin que él notara su mirada, paso suavemente su mano por la cabellera de Jin, le quitó amablemente las gafas, ahora su mirada se posaba en sus largas pestañas, volvió a sonreír, amaba este panorama, bajo lentamente su mirada hasta ese lugar que muchas veces deseo tocar, sus labios.

Primero paso un dedo sobre el suave labio inferior del pelinegro quien se movió un poco pero no despertó, Yoongi sintió su cuerpo arder, enserio deseaba tocar esos labios y no solo con los dedos, se inclino un poco para estar a la distancia exacta. Pero solo pudo observarlo, no iba a hacer algo de lo que después pudiera arrepentirse, no quería perder a SeokJin.

— ¿S-suga...? — un somnoliento Jin abrió los ojos.

El mencionado sonrió entregándole sus gafas. — No duermas cuándo no este aquí, bobo.

— Lo siento.... tardaste mucho y no me di cuenta en que momento me quede dormido — Jin terminó de ponerse las gafas y sonrió. — ¡Ahora si podemos empezar!

— Jin... si paso el exámen... ya se lo quiero, ¿Me darás lo que sea que te pida?— preguntó Yoongi sentándose a un lado del pelinegro.

Este lo observo por varios segundos pensativo. —Claro, eso fue lo que prometí.

— Bien...— susurró Yoongi nuevamente con una sonrisa en el rostro y quizás un pequeño sonrojo en las mejillas.

...Yoongi ya sabía que le pediría...

Quédate Junto a mí| YOONJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora