Capítulo 3 (parte 1)

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Sally me jalo las cobijas a las 6:30 de la mañana – levanta te – me dijo con ira contenida, tuvimos toda la noche para olvidar lo sucedido pero al parecer yo había sido el único que había reivindicado su perspectiva.

Tenia su teléfono en la mano – ¿debo llamar a mi exnovio para que me creas? – refunfuño.

Me levante y le dije que no era necesario y que me perdonara por ser el causante de todas nuestras peleas. Ella dijo que tenia culpa en parte pero que trata vemos de confiar el uno en el otro.
Luego hablamos acerca de las llaves, nos parecía extraño por igual que esa llave hubiese abierto la casa de su pasado idiota, pero debía ser porque esa llave venia de otro lugar del mundo y pudiese haber tenido una configuración muy parecida a la de ese cerradura tan simple.

Arreglamos nuestras diferencias un poco de pasión matutina y ella se fue a trabar en punto de las 8. Toda la mañana estuve respondiendo correos y comprando cosas por internet y a las 12 del día recibí una vista, era el muchacho de la tienda que me había ayudado a conseguir el calentador.

Me extraño bastante verlo por ahí, pero explico que había rastreado mi perfil de la tienda para obtener mi dirección pues el boiler que me había llevado tenia un truco en su instalación y de no hacerse de la manera indicada podría presentar algunos problemas mayores.
Le dije que ni siquiera había comenzado a instalarlo y el se ofreció a ayudarme como parte del servicio de la tienda.

Mientras le dábamos forma a ese montón de tuercas, pernos tubos y tornillos ahondamos un poco en lo que me había dicho el día de ayer, hablamos de la confianza la cual según argumentaba nos se trataba de ser tonto o dejarse ver la cara si no de tener fe y es que de eso trataba la vida de no saber lo que iba a pasar mañana o en 15 minutos. Pero tener la suficiente fe de que todo saldrá como esperamos, que tendremos la oportunidad y que sobre viviríamos  lo suficiente para llevar a cabo nuestros proyectos.

Era una persona muy sabia para ser empleado de una tienda promedio, así que quise saber más de el – soy de un pueblo pequeño, me vine a la ciudad a los 15 a buscarme una vida diferente. Tengo varios trabajos los cuales realizo en el día para asistir a la escuela nocturna para un día ser abogado – lo felicite por el empeño que ponía en todo y le que así es el único modo de triunfar en la vida, no muchos empleados habrían venido hasta aquí para ofrecer tal tipo de servicio.

Terminamos casi sin percances, tan solo un buen golpe que me había llevado en la cabeza atornillado la barra de soporte. Le di una buena propina la cual rechazo pero lo hice aceptar en que la tomara aunque el insistió en decirme lo mismo que en la tienda – no pongas atención al pasado solo trae problemas a quien lo visita, haz tu vida – su tono cáustico me ocasiono una cosquilla que olvide pasadas unas horas.

Como había terminado todo mi trabajo a las 5 y salí no llegaría hasta las 9 tuve una idea, simple pero que vendría a tranquilizar me, además me sentía solo y ocioso.

Abrí el baúl y saque el manojo de llaves y me fui a comprar una garrafa de agua y suplementos para el baño. Al regresar del súper intente abrir nuestro departamento con aquella llave tan rara, gire la llave a la derecha y con tuve mi asombro – lo hizo – dije pasando a través de la puerta, la llave abrió y me sentí mal por reclamarle a Sally pero me sentí confiado y a gusto que todo fuese un mal entendido. Quizá se tratase de una llave maestra que su papa le había traído de latitudes extrañas.

Recordé que había olvidado comprar algo para la cena así que volví a salir, pero cuando intente echarle seguro a la puerta girando la extraña llave esta vez  hasta la izquierda tuve un resultado más extraño, la puerta abrió otra vez.

Entre a casa para dejar las compras y volverme a salir pero entonces caí de espaldas presa de un terrible espanto, el hombre que me había ayudado a colocar el calentador de agua estaba ahí
– hola – me saludo con total aplomo y cinismo – ¿que haces aquí? – grite molesto. Esto ya iba mas aya de las atribuciones tomadas por un chico dispuesto a ayudar – te estoy ayudando a colocar el calentador, fui a la tienda por unos pernos ¿recuerdas? – dijo con roda tranquilidad – eso fue hace medio día – acote – ¿te encuentras bien? No tarde más de media hora en volver ¿que te paso en la cabeza? – me encuentro de maravilla lo que no explico es tu presencia aquí lunático.

– ¿con quien hablas? – se escucho mi voz decir desde el baño – el joven me volteo a ver con extrañeza.

Asustado me salí del departamento y cerré la puerta a mis espaldas, deje que pasarán unos minutos mientras el nerviosismo jugaba con mis entrañas. Ya no se escuchaba nada en el interior así que decidí entrar, esta vez abrí con la llave normal al cruzar el umbral no encontré a nadie ahí ¿fue una alucinación? Me pregunte callendo recargado sobre la puerta cerrada.
Pensé que quizá debería ir a ver al medico, después de todo me había dado un tremendo golpe en la cabeza al instalar el calentador y ahora había tenido una alucinación de lo mas extraña.

Recorrí la casa y comprobé que solo yo me encontraba ahí. Al ver todo eso decidí que mañana iría al doctor bien temprano.

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Y bueno he aquí el primer encuentro con el poder de la llave o tal vez pudo haber sido una alucinación, ¿quien sabe? El poder de esa llave es un misterio que pronto se desenvolverá para nuestro protagonista y quien sabe los cambios que puedan ocurrir.
Pero bueno ya sin más un saludo y hasta la próxima.

Oztoatl

La llave del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora