capítulo 3 (parte 2)

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Sally llego a las 8:30 venia rendida pero de buen humor por sortear la ciudad en la camioneta, ella se acerco y me despertó con un beso – mi cielo ¿que te paso en la cabeza? – exclamo llegando a mirarme de cerca. Su exclamación me recordó la alucinación que había tenido, tarde en contestarle recordando cada detalle de lo que había pasado – ¿amor estas bien? Te veo muy mal ¿que te paso? – volví en mi y respondí con tranquilidad.

– me encuentro bien solo fue un golpe menor mientras instalaba el calentador – ¿ya instalarse el calentador? – dijo sorprendida levantándose del sillón mientras olvidaba lo que me había ocurrido.
Era mejor pues no quería contarle sobre la alucinación que había tenido, eso solo la preocuparía – eres el mejor ya podre bañarme con la regadera, te ha quedado muy bien y el calentador es encantadora mente pequeño – decidí conservar todo el crédito y no comentarle del extraño muchacho que me había ayudado.

– ¿compraste los víveres para la cena tesoro? – preguntó de se la cocina con ese tono regañón que tienen las mujeres cuando las cosas no son exactamente como ellas quieren que sean – por supuesto que lo hice deben de estar por ahí – ¿donde no veo nada?

Después de buscar un rato encontramos la garrafa y los víveres los cuales ya habían sido consumidos con sobras del banquete en la tarja y la barra – ¿cenaste sin mi? – pregunto al ver las sobras de la comida – no amor lo traje hace un rato, lo deje por la entrada y me recoste en el sillón – pues aquí parece que comiste con alguien – dijo con molestia – yo no fui, la verdad no recuerdo nada – dije mientras me sobaba la cabeza.

– ¿y quien mas va a comer aquí? ¿es que me quieres ver la cara de estúpida? – puede ser que haya desayunado con el chico que vino a ayudarme – ¿cual chico? – pregunto enojada – el calentador un chico de la tienda me ayudo a instalarlo – dijiste que lo habías hecho tu solo acuso señalándome.

Me desplome en el sillón – quería que vieras que hice algo provechoso en todo el día y que no solo me senté a la computadora para vender unas cuantas tonterías – ¿y por eso mientes? No te creo ¿como se que no me mientes y estuviste aquí comiendo con una golfa? – la mire torciendo el gesto burlona mente – mañana iremos a la tienda para que le preguntes tu misma al chico que trabaja ahí si me vino a ayudar, seguramente también podrá decirnos que el desayuno conmigo y por eso están ahí todas esas sobras. 

Sally se tranquilizo un poco – lo que me preocupa es que no recuerdes nada. Mañana faltare para llevarte al doctor – amenazo.

Cuando pareció que el interrogatorio había terminado Sally encontró su manojo de llaves en la alfombra de la entrada – ¿que hacen mis llaves aquí? –  inquirió recobrando su molestia mire las llaves mientras mi cabeza me punzaba sin encontrar que decirle.
– las saque para ver si podía abrir la puerta del departamento con ellas y así darme cuenta de que no me habías mentido – ¿todavía dudas de mi? – ¿bueno amor tu dudas de mi? Me acabas de hacer una escena por un par de trastos sucios – eso es diferente.

Sally detuvo su discurso y afectuo el rostro, encontró algo que se asomaba por debajo del sillón, sutil y pequeño que termino por incriminar me en un delito que yo no había cometido – ¿y esta bufanda? ¿vas a decirme que es de tu amigo el empleado del centro comercial? – le dije que era posible, aunque era una bufanda de mujer de un rosa pálido que desprendía un aroma dulce – y seguro lo vino a meter debajo del sillón ¿no? Eres un imbécil –me dijo golpeándome sin escuchar razones.

– preguntarle mañana o quizá es de las personas que vivían aquí – le gritaba mientras trataba de controlar su furia, pero ella se hacia sorda cuando tenia ese nivel de coraje. Siempre fue una mujer violenta e irritable que estallaba a la menor provocación, además desde el incidente nuestra relación no había vuelto a ser la misma ella nunca me volvió a ver con los mismos ojos.

Su ira ínsito mi violencia convirtiendo esa noche en algo mucho peor de lo que había imaginado. Con los brazos morados y rasguños en el cuello me dejo para irse a casa de su madre.

¿como se había podido descomponer todo de esa forma? ni siquiera yo había alcanzado a entender lo que había sucedido.

No pude consiliar el sueño imaginando la escena que había hecho Sally al llegar con su madre y su padre quien le aconsejaría que me dejara de una vez. Tanto dolor por un mal entendido que ni siquiera recuerdo, el golpe que me di debió haber sido más fuerte de lo que imagine. Mire en el suelo el manojo de llaves que Sally había dejado, una de ellas resplandecía sobre todas las demás.
Esta llave pudo haber... Susurré levantándolas, no debió ser el golpe.

Salí de nuevo de mi departamento pues ya no tenía nada mas que perder y con rostro desencajado volví a dar una vuelta a la llave hacia la izquierda, la puerta se abrió y ante mi horror me vi a mi mismo dormido en el sofá. Di unos pasos hacia aquella proyección de mi mismo, era la proyección mas extraña que jamas había tenido. En el pasado había probado la marihuana, pero esto era algo real y bizarro.

Sentí que me vibraba todo el cuerpo por la presión, asustado pensé en salir de nuevo del departamento, pero cuando iba cruzando la puerta regrese y lave los platos de comida en el fregadero para evitar el mal entendido. También lleve conmigo aquella maldita bufanda.
Cuando cerré la puerta tras de mi todo había cambiado, arroje la bufanda a la calle y ahí estaba la camioneta estacionada lo cual significaba que había cambiado los resultados del tiempo.

Regrese al departamento y pude ver a Sally plácidamente dormida, le bese el brazo que se asomaba entre las cobijas hasta llegar a su rostro – alguien esta cariñoso – murmuro sin poder despertar del todo.

Había hecho el descubrimiento mas grande, podía cambiar el tiempo. Completamente emocionado con tuve una risa tapándole la boca y me dirigí a la sala. Sin embargo no podía recordar como se habían desenvuelto los acontecimientos. Podía navegar a través del espacio tiempo gracias a esta llave tan extraña, tan mágica.
Pero eso no reformulaba lo que ocurría en mi cabeza, los procesos mentales permanecían intactos, no recordaba lo que había pasado dando por resultado que me hallará perdido en mi propio espacio.

Como fuese era un mal menor. Regrese a la cama y abrace a mi novia quedándome dormido a su lado, pues mañana seria un día mucho más interesante.

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Espero que te haya entretenido  al igual que a mi al escribirla. Veamos que tiene en mente para el siguiente capitulo nuestro protagonista ahora que descubrió el poder de la llave.
Un gran abrazo a todos los lectores y hasta la próxima.

Oztoatl

La llave del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora