Cartas a Leo

Supermassive black hole

"¡Eres un inútil!... ¡Me tienes hasta el carajo maldición!"

Una pelea terminaba con esas palabras tan cortantes, unos 25 años antes, en alguna parte de España, una pareja terminaba con su relación, y con sus vidas al mismo tiempo.

El chico de mirar Chartreuse salía más que irritado en rabia de la casa, con una maleta mal hecha y tomando una decisión estúpida, pero firme después de tanto.

Pero una mano lo detuvo, una mano que lo sostuvo con firmeza, tratando de arreglar, algo que ya no se podía arreglar.

- ¡Sebastián! ¡Por favor!... No... te vayas ahora de mi vida...

Bruscamente el chico se soltó, llamando la atención de más una persona en la calle, "¿Qué no tenían nada mejor que hacer?", pensaba fastidiado. Ante las palabras del contrario no pudo hacer nada, más que suspirar y tratar de no sonar duro.

- Ya nada es igual Alan, déjalo ya, tu mirada completamente de sol ya no me pertenece, así como mi mirar chartreuse – trago saliva – tampoco te pertenece...ciertamente pensé... yo en verdad pensé que podría, pero no puedo... tu eres un mar de problemas, todo el tiempo es así... tengo miedo, Alan, tengo miedo de que un día por mi culpa te mates.

Más que ido en sus pensamientos el moreno al que le decía "Mirada de Sol" no sabía que contestar ni mucho menos cómo reaccionar ante tal estupidez generada por el contrario.

- ¡Pero que estupideces dices!

Y antes de que pudiera decir "Yo te amo, no eres mi esclavo ni mucho menos una marioneta para que te manipule de esa forma" un auto paso, sin notarlos en la acera, pasando por encima de ambos, el conductor se detuvo, viendo a ambos chicos sin vida tomados de las manos, extrañamente ninguno noto que estaban en medio de la acera de los autos, y su conversación fue tan fugaz, que así de fugaz se les fue su último aliento.

Muerte, hizo su aparición, como todos los días, España era testigo de eso... ciertamente él había visto muchas cosas, pero... esta era diferente, quitando el hecho de que uno era idéntico al Dios benefactor y otro al dios de la Locura... esa escena en particular lo conmovió, raramente en él, pues, muy pocas cosas lo impresionaban.

Las polillas que daban mas forma de mariposas brillantes se presentaron, ante él, ambas revoloteaban muy atareadas,

- Morir no es suficiente, ¿Verdad?

Comenzó una charla Muerte, ambas estaban muy cabreadas.

"Queremos pedirte un último favor, después, mándanos a donde quieras"

Muerte asintió con la cabeza.

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- "Déjanos ser felices más tiempo en nuestras próximas vidas"

Repitió la petición del pasado de dos de las reencarnaciones Muerte, pateando la nieve, por su recién pelea con tiempo, no le importaba si venían cosas peores con Nim, él cumpliría, se mantenía firme, además, el moreno era feliz con alguien, que curiosamente se parecía a él, ¿Será que la felicidad de la otra reencarnación este en la contraparte del Sabio?

No sabía eso con exactitud, lo que si sabía era que con el primero estaba cumpliendo y se mantendría firme con la promesa, era una promesa que nunca hizo con un humano, y esa quería cumplirla.

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Mark abría la puerta de la habitación de Leo, seguro de hacerle algo más, mientras un rubio ya estaba a sus espaldas, comenzando a sorprenderlo.