Cartas a Leo

Nicotine

Muerte divagaba y caminaba al mismo tiempo en su propia mente, no sabía que hacia exactamente solo ahí, pero, una voz lo saco de sus pensamientos al instante.

- ¡Vida!

- Muerte... - miro un tanto confundido el Dios benefactor. – te pido una disculpa... pensé que no había nadie... o eso me dijo la caja – sonrió nervioso el dios turquesa.

- Está bien – volteo la mirada con una sonrisa nerviosa Muerte, ante un Vida un tanto nada convencido.

- No, a mí no me engañas, no estás bien...

Se acercó a su rostro Vida, dejando más que nervioso al pálido, quien con un movimiento rápido lo empujo a la nieve, notando la recién grosería hecha se sentó sobre suyo para poder continuar:

- Lo siento yo no quería...

- Jajajaja – reía el dios benefactor enfrente suyo – Si algo te caracteriza es tu agresividad, y más conmigo pedazo de Sol.

Muerte de inmediato se puso nervioso dibujando un leve rubor en su rostro.

- No ha sido mi día – volteo un poco su mirar – lamento haberme desquitado un poco contigo...

- Está bien

Vida sonrió enfrente de una mirada de Sol, en la cual se perdió un poco, recordando algo, como un destello fugaz.

Estaban en un bosque, abrazados, Muerte no paraba de llorar y él no sabía que hacer más que decirle.

- Calma cariño... siempre estaré para consolarte y amarte.

...

- ¿Vida?

Vida reacciono, ¿Qué fue eso? "¿Consolarlo y amarlo?"

- Estoy bien... - Vida tapo de sus ojos sin saber cómo proseguir – Es tan injusto...

- No te preocupes, eh tenido peores –sonrío Muerte, refiriéndose a otra cosa por supuesto.

- Me refiero que es tan injusto que ya esté tan encariñado a ti.

Muerte quedo paralizado sin saber cómo continuar ante eso. Si bien tenía un problema gordo con Nim y Tiempo, justo en ese momento, Vida le decía una declaración muy grande.

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- ¡Me puedes explicar porque demonios no me avisaste nada Des!

Gritaba más que molesto en medio de la sala de espera Tobías.

- Porque es algo que no te incumbe, y ni te interesa, tu solo traerás a tus cucarachas que llamas publicidad para el café Ardent... yo no quiero que esto se haga público... es mi vida privada ¡Joder Tobías entiende eso de una buena vez!

Tobías aun así lo miraba molesto, con ganas de golpearle, pero no lo hizo, ya muchos los miraban por los gritos.

- Por Ithis pedazo de animal, ¡casi se muere tu pareja!... - Tobías suspiro, continuando - ¿Cuándo vas a entender que eres mi hermano y me preocupas fuera de nuestros intereses?

- Nunca, nunca por el simple motivo de que, nunca lo has demostrado

Más que molesto Des se fue de ahí, dirigiéndose a la cafetería.

Mientras Mark miraba a lo lejos todo.

- Maldición Tobías, justo ahora me vengo enterando que eres su hermano... debería ver más los periódicos y las noticias... tsk.

Molesto Mark miraba a ese chico de ojos azules y cabellera blanca.

Ellos se conocían meramente más por un encuentro casual que por amistad o enemistad, Tobías fue claro ese día, nada de esto sale del cuarto pues su reputación en los medios se vería afectada.