Hoy hiciste que nos perdieramos. O por lo menos yo, me perdí. Me encanto perderme junto a tí. Perderme, y luego pensar que me guiabas. Fue lindo. No me di cuenta donde estábamos, no me dí cuenta que había pisado la realidad. Seguía en mi fantasia de perderme y no volver. Perderme por un rato. Perderme en tu sonrisa y en tu risa silenciosa. Perderme en tu cuello y en tu piel, en tus brazos y en tus besos. En tu locura y en tus bailes.
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Con el tiempo, me di cuenta lo mucho que me encanta mirarte. Contemplarte, deberias verte a un espejo, pero no verías lo que yo veo. Porque los espejos solo reflejan lo que quieres ver, no la realidad. No te ves cada tarde con mis ojos color café. No te puedes poner en el lugar de mi corazon que fue roto muchas veces. No ves nada de lo que yo veo. No sientes todo lo que yo siento. Porque no debo subirme a una montaña rusa y soltarme de la barandija para sentir que me falta el aire. Con una sola mirada creas todo eso. Con una sola mirada puedes crear mil y un sentimientos.
Y por mucho que me dañes, mi corazon va a tener la suficiente fuerza para abrazarte, la suficiente valentia para amarte, y el suficiente calor para abrigarte, aunque mis manos estén frías por tu huida y mi alma sucia por tus mentiras.
