Capítulo VI: Amenazas de parte de dos rubias

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Publicado el 17 de Julio y Editado el 19 de Septiembre 2017.

Le conté todo lo que pasó a Bruce, sólo que... sin decir que era Theo Galavan, sé que no me creería. De hecho, sea como le cuente el presentimiento, igual sería muy difícil que Bruce me crea.

Es decir, imagínense el estar ahí diciéndole: "Un tipo cuya cara no vi quiere usarnos como sacrificio para 'limpiar Gotham', o mejor dicho para vengarse con unas dagas que desde hace casi dos siglos pertenecieron a nuestras familias. Ah, y posiblemente seamos la reencarnación de dos personas de nuestras familias en la misma época de esas dagas que terminaron casándose a pesar de lo que a la chica le había pasado", como un resumen.

Es muy loco, ¿no creen? Pero pasó.

—¿Qué? ¿Presientes que nos van a secuestrar y ofrecernos como sacrificio? Eso es casi imposible, ¿pero quién?

—No lo sé, Bruce.

—Sí lo sabes.

—Bueno, sí, lo sé, pero lo malo es que no me sé su nombre, sólo lo conozco de cara.

Elena... por favor no me mientas. Por más descabellado que sea, te estoy escuchando y pensando que posiblemente sea en algún futuro a pesar de lo tan loco que sea. Sólo dime quién es.

—No vas a creerlo, porque yo tampoco lo hice.

—Sólo dímelo. ¿Quién consiguió los cuchillos y se los dio a ese padre porque lo ayuda desde un principio?

—... Theo Galavan.

—¡Eso es imposible!

—Pero es la verdad. De hecho, hubieron aún más cosas sobre él, pero mejor ni te las cuento. ¿Quién sabe si alguien como por ejemplo, el padre, le lavaba el cerebro en aquel entonces? Es decir, eso es posible.

—Cierto... no puede ser él.

"Asesinó a Jerome en frente nuestro, él fue quien provocó la fuga de Arkham, él fue quien hizo desaparecer a Sid Bunderslaw... así que a pesar de que eso esté en un nivel súper alto de locura, ya no me sorprende tanto gracias a la historia de Edwige."

Luego de eso, sabía más o menos dónde se estaba quedando Selina, así que fui allí simplemente a visitarla. Pero, me recibió Bridgit. Vaya, éso era extraño. Al parecer, se habían perdonado.

—¿Qué haces ahora? Espera, ¿Elena? Digo-

—No te molestes, Selina, llámame como quieras—Miré a Bridgit—. Larga historia. Soy Elena Skyline.

—Bridgit—Estrechamos manos.

—Bueno-

—Ya lo sabías, ¿verdad? —preguntó Selina—. Tienes cara de saberlo todo.

—Casi todo, ¿cómo es que están juntas si han peleado?

—¿Tú qué crees? Nos perdonamos, está claro.

—No entiendo.

—Verás, Bridgit, tengo presentimientos que siempre aciertan.

—¿Adivinas el futuro?

—Más o menos.

—De hecho sí—respondí después de que Selina lo hiciera—. No tienes que contarme tu historia, sé lo que pasó.

—Bueno, la cosa es que tengo que escapar de la ciudad porque no puedo ir a casa ni con la policía, pero no tengo dinero.

—Si quieres yo te doy lo suficiente para escapar, no te preocupes, no vas a devolverme nada y-

Gotham Cittá: La Leyenda RenacidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora