»Capítulo 2«

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»Dejo caer el móvil hacia el suelo. No lo hago adrede, se cae porque lo he soltado. Lo he soltado porque la voz del otro lado de la línea me dice algo grave. Y ese algo grave tiene que ver con Midoriya Izuku.

—¿Shōto? —Es mi hermana mayor. La miro y se sorprende—. ¿Shōto? ¿Qué sucedió? —Pregunta alterada acercándose a mi.

Me dedico a mirarla. Sabe que ha pasado algo muy malo para que mi lado izquierdo comience a desprender fuego. ¿Cuándo ha comenzado a desprender fuego? Ni yo mismo lo sé. Todo pasó demasiado rápido.

Mi móvil suena, yo contesto. Los sollozos de Uraraka al otro lado de la línea me desconciertan, pregunto qué sucede. Ella me lo dice, me dice que Midoriya está hospitalizado, que ha tenido un accidente y está muy mal, yo abro los ojos lo más que puedo y suelto el aparato que tenía en manos.

—Dime qué sucede Shōto. Puedes decirme lo que quieras, puedes confiar en mí —Dice ella. La sigo mirando y siento cómo algo se evapora de mi mejilla izquierda.

Toco mi mejilla izquierda, cerca de mi ojo. Siento cómo una gota salada toca mi dedo, alejo mi mano de mi mejilla y veo cómo está se evapora por el fuego que desprendo, convirtiéndose en humo. Mi lado derecho también suelta lágrimas, esta hace que mis lágrimas se deslicen por mis mejillas. No las congela porque no estoy utilizando ese lado.

Mi hermana me abraza enseguida. Yo decido no hacer nada.

—No es nada —Digo después de un buen rato. Escucho un gemido proveniente de su boca.

La aparto rápidamente de mi y observo su brazo izquierdo. Tapo mi boca con mi mano al ver lo que he causado. Lo que le he hecho a la única persona de mi familia que me quiere y me cuida.

Quemé su brazo izquierdo.

Comienzo a balbucear y a tartamudear sin saber qué decir. Quiero disculparme pero hay un nudo en mi garganta que me impide hablar. Quiero decirle: "Perdón, no deberías acercarte a mí. Soy peligroso" Pero no puedo.

—Shōto —Me llama con tristeza. Lleva su mano a la herida que le acabo de hacer sin darme cuenta y la aprieta. Le duele—. No te preocupes, sanará pronto.

—Pero... —Cuando me digno a replicarle. Ella niega y me interrumpe.

—Sé lo que piensas. No es tu culpa, la culpa es mía. Te abracé aún sabiendo que tú lado izquierdo estaba activo pero me arriesgué porque pensé que un abrazo te tranquilizaría —Me explica—. Y sabes bien que no me alejaré de ti aunque me lo ruegues —Y sonríe.

Ella sonríe.

Aún después de lo que le he hecho, sonríe. Es una tonta. Pero la quiero aunque no lo demuestre.

Río internamente ante mi pensamiento y me calmo. Mi lado izquierdo deja de desprender llamas hasta el punto de no dejar salir nada.

Miro a mi hermana y me acerco a ella. La abrazo y digo:

—Lo siento.

—No te preocupes, Shōto —Corresponde mi abrazo—. Y ahora cuéntame qué ha pasado para que te pongas así —Deshace nuestro abrazo y me mira con reproche. Niego con la cabeza.

—Hay que sanarte esa herida que te he hecho —Ordeno con todo el peso de culpa sobre mí.

—Entonces haremos esto. Mientras yo me curo, tú me cuentas qué sucedió, ¿si? —Propone. No es mala idea, por lo que asiento y nos dirigimos al salón. No sin antes pasar por el baño para coger el botiquín de primeros auxilios.

Nos sentamos. Yo al lado de ella y comienzo a curarla a pesar de que ella dice que puede sola. Ella calla al escuchar qué comienzo a relatar lo sucedido anteriormente. Le cuento todo lo que escuché en aquella llamada.

Lies - [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora