Eran las 09:45 y yo debía estar listo para la sesión de fotos que tenía programada a las 10:40, pero yo aún no me movía de la cama. Tenía mucha pereza, pero intenté sacar una pierna fuera de las mantas... No fue la mejor idea, ya que debido al frío de la habitación, me congelé en un segundo.
*Toc toc*
-Pyo! Despierta, te traje el desayuno!!
- Pasa noona!- dije fuerte.
-Pyo, recuerda la sesión de foto que tienes en un rato, JunMi te pasará a buscar como siempre a las 10:15- dijo dejando el té encima de la repisa. -YA APURATE!!!- Yo solo me reía por sus expresiones, mientras ella gritaba.
Mi noona era una mujer de 32 años, su nombre era Min Sunhee, baja y con una cara definida, labios regordetes y rojos carmesí combinando con su piel pálida, con el pelo color chocolate atado formando un moño suelto, y finalmente un vestido salmón, suelto que llegaba hasta sus rodillas. Ella era como mi ángel de la guarda, siempre me cuidaba, me hacía comidas deliciosas, me alagaba de vez en cuando refieriéndose a un pequeño niño guapo. Sí, yo era un niño guapo para ella, pero gracias a ella río mucho desde que esa tragedia sucedió...
*flashback*
-Hyung, crees que llegará el día en que podamos vivir mejor?- dije de la nada mientras caminábamos.
-Oye, todo en la vida se logra pequeño, solo hay que tener paciencia. Tu solo espera, pronto lograremos vivir mejor, en una hermosa casa cerca de la playa, y con dos hermosas camionetas. Criaremos 2 perros y viviremos con Sunhee noona.- respondió cruzando de acera.
-HYUNG, EL AUTO!!- grité con todas mis fuerzas al ver un auto que se acercaba rápidamente, mientras que cruzábamos... Fueron segundos los que pasaron, fue tan rápido el impacto que cuando desperté me encontraba en el hospital, con un respirador y miles de cables a mi alrededor, lo único que sentía eran los gritos de mi noona, llamando a las enfermeras, que rápidamente llegaron a mi habitación. Ellas solo confirmaban mi estado de salud, en cambio yo intentaba sacarme el respirador, el cual ya me entraba a molestar. Después de todo ese lío miré a mi alrededor y solo estaba Sunhee noona, intenté buscar con la mirada ya que no me podía mover mucho a mi hyung. No lo encontraba, así que traté de preguntarle a noona.
-Noona, donde esta mi hyung?- dije extrañado y preocupado, pero no obtuve respuestas. Ella solo bajó la cabeza y un silencio permaneció en el lugar por varios segundos.
-Noona! Donde esta hyung?!?!- volví a preguntar, pero esta vez más alterado.
-No está, Jihoon...- Me respondió. Sólo eso me iba a decir? Necesitaba sabes más de él, un auto nos atropelló y yo ni siquiera sabía que día era.
-NOONA, DONDE ESTÁ, ESTOY PREOCUPADO, NO SÉ QUE DÍA ES SIQUIERA Y QUIERO VERLO, NO SÉ QUE SUCEDIÓ DESPUÉS DE SENTIR EL IMPACTO DEL AUTO. QUIER SABER QUE LE SUCEDIÓ!!!!- Dije ya exaltado. Ella se echó a llorar y en un momento de entre llanto y llanto, por lo bajo se oye su voz, me acerqué y oí lo que menos quería oír
-Murió.- Al escuchar esa palabra, mi cabeza comenzó a enloquecer, tenía la mente en blanco, no sabía que responder. Mi hermano, mi hyung, el que me protegía más que a su propia vida, había muerto. Solo pensar en esa palabra, mi cuerpo de estremecía y se me anudaba el estómago. Quería salir de aquel lugar que ya me sofocaba, y así llorar, llorar fuertemente hasta que mis ojos queden más que rojos e hinchados. Quería descargar el dolor y la culpa que sentía en ese momento. Así que decidí salir del hospital, cuando lo logré (a duras penas, admito), paré un taxi, subí y me dirijí a una casita en las afueras de Seoul. Cuando llegué, me encerré en mi habitación, y comencé a llorar. Gritaba con llantos ahogados, y el sentimiento de culpa en ellos. A pesar de no saber la historia completa, yo sentía que había sido mi culpa el que mi hyung haya muerto. Al repetir esa palabra 'muerte' el dolor que inundaba mi cuerpo, recorría más y más cada rincón de el, haciendo que me estremeciera el doble.
*fin del flashback*
Al pasar unas horas, ya estaba oscureciendo , por lo que decidí salir a tomar aire. El viento era suave, el cielo estaba estrellado y parecía que hubiesen millones de estrellas de la cantidad que se veía. Por supuesto ese peso aún lo sentía, pero a pesar de eso, sentía que podía respirar mejor.
Donde se encontraba la casa, era un barrio tranquilo, sereno. La gente que lo habitaba también lo era. Mucha gente venía de la capital hasta aquí a descansar. Por esa razón y muchas más, venía cada fin de mes a despejar mi mente. Pero con lo sucedido planeaba quedarme un tiempo a pensar y descansar del accidente.
Me encontraba caminando en dirección al río que había cerca. Era el río donde mi hyung y yo solíamos ir a pescar. Al ir distraído pensando en el monólogo que estaba diciendóles, no miré hacia donde caminaba, yo simplemente seguía con mi monólogo, hasta que caí encima de alguien.
-Oh! lo siento, de verdad lo siento, no estaba miran...- me detuve y lo miré. No podía creer, era el chico más perfecto que había visto. Hasta celos me daban de lo bien que se veía. Era un chico bajito, pero tenía su pinta: Lentes, cerquillo, labios perfectamente alineados y con un tono rosado suave. Su piel era tan pálida que se veía frágil, tan frágil que temía tocarla y romperla como el cristal. Lo ayude a levantarse y me volví a disculpar recogiendo sus cosas del suelo.
-Lo siento, estaba distraído que olvidé mirar por donde caminaba.-
-No te preocupes, yo también me disculpo. No eras el único distraído.- Rió. Su voz era tan suave que sentía que podría estar la vida entera escuchándolo hablar y no cansarme
Jihoon, ¿qué dices? A ti no te gustan los hombres!!
Tenía razón, ¿en qué estaba pensando? Bueno lo importante era que me disculpé, y disponía a seguir mi camino, cuando el chico me gritó alejándose
-Jihoon, fue lindo verte...- y nuestros ojos se unieron en la distancia, formando así, un choque de miradas.
Me quedé atontado por no entender como sabía mi nombre y porqué me hablaba informalmente si ni siquiera nos conocíamos o... sí?
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❝Nunca dejes de enamorarme, kiss me slowly❞
RomanceLa historia trata de dos chicos que, inesperadamente, se encuentran... Y no solo eso, muchas situaciones se ven enredadas en su camino, haciendo que las cosas no funcionen tal como ellos tenían planeado. Esta es la historia de Lee TaeIl y Pyo...