❝Nunca dejes de enamorarme, kiss me slowly❞

Música para mis oídos.

Después de ambos haberse destrozado por dentro, trataron de seguir el día a día viéndose por la calle, como vecinos solamente. Era muy duro para ellos toda esa situación. Había pasado un mes y nada, muchas cosas habían sucedido pero nada entre ellos.

JiHoon se había planteado la idea de organizar sus sentimientos, y pensar que le sucedía con Taeil, pero no era tan fácil... el no asumía la idea de que un chico le gustara. Creía que estaba enloqueciendo, estaba mal.

'No pienses en el' decía el chico en su mente, 'todo es un error' ' a ti te gustan las chicas' ' eso! sal con chicas y veras que todo lo del beso fue un error y que lo que sentiste no fue nada', y así fue, un chico dulce y bueno, salía todas las noches con una chica distinta. Pero lo peor de todo es que Taeil veía todo eso. El chico sufría, la persona que más amaba que lo rechazó hacía ya un mes, salía todos los días con una chica diferente...  Todo fue a peor. El bajito cambió, no reía, trataba mal a sus vecinos, apenas salía, y cuando lo hacía era de mala gana siempre. 

JiHoon se había olvidado de lo monótono que se había vuelto el salir cada noche con alguien diferente. ¿Qué le había pasado a ese chico amoroso y feliz de antes? ¿se había esfumado? ¿podría volver a como eran las cosas antes? nadie podría responder eso además de él, pero ya había hecho mucho desastre.

¿Como podrían dos personas totalmente deshechas por dentro, verse nuevamente? Era todo un misterio. 

Taeil con un corazón destrozado y a causa de la actitud de JiHoon, él chiquito cambió para mal. no quería ser así, pero su corazón ya no tenía poder de decisión. Era como un cuerpo sin alma viva. Él quería que todo fuese color de rosas y pudiera ser feliz con la persona que más amaba, pero las cosas no iban a su favor... todo se le había derrumbado. La idea del amor verdadero dejaba de existir. 

Después de tanto dolor, arrinconado y en medio de una gran depresión, por dentro pensaba...

'Te extraño... extraño tu voz ronca, tu gran cuerpo, tu sonrisa, extraño tu esencia. Extraño tus palabras, esas que eran música para mis oídos' pensaba el pequeño entre lágrimas en un rincón de su habitación.