Definitivamente, tu forma de amar era la más rara que pudiese encontrar.
A él no lo engañabas, porque solo era un rato conmigo.
A mí no me herías, porque era a mí en verdad a quién amabas.
A él no le decías que tenías algo conmigo, porque él era tu novio real.
A mí no me ocultabas que te encontrabas con él, porque yo era el amor que sabe esperar y estará ahí por siempre.
Amor, ¿cuando ibas a aprender?
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Cartas al Olvido
Short StoryDime amor, ¿donde estás que no te encuentro? Todos los derechos reservados ©